Reuniones de Información
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Dos de las tareas fundamentales que la Constitución
asigna a la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias son: 1) evaluar los programas y demás
actividades que el Consejo ha emprendido desde la Asamblea anterior, y 2) dar orientaciones y
directrices para la labor que llevará a cabo hasta la Asamblea siguiente. Huelga decir que estas
tareas, evaluar el pasado e indicar el camino hacia el futuro, están relacionadas. En Harare, se
abordarán principalmente por medio de reuniones de información y debate. Estas reuniones se organizarán en dos fases, a mediados de la Asamblea. Las reuniones de cada fase comprenderán tres sesiones de 90 minutos. En la Fase I habrá cinco reuniones y en la Fase II, seis. En el momento de inscribirse, los delegados elegirán la reunión en la que participarán en cada fase. A todas las reuniones de información y debate asistirán miembros del Comité de Orientación Programática. Sobre la base de la información que le facilitarán esos miembros, el Comité resumirá los resultados de las reuniones de ambas fases en un informe que se someterá a la aprobación de la Asamblea hacia el final de la misma. |
A efectos de estimular la búsqueda libre y creativa de los delegados en el proceso de señalar orientaciones para el futuro del CMI, la Fase II se ha organizado expresamente en torno a amplias áreas de cuestiones, en lugar de hacerlo en torno a la estructura orgánica del CMI. En esta fase se tratará de establecer los mandatos que regirán la labor del CMI en los años venideros. Cada reunión de esta fase versará sobre un grupo de cuestiones conexas. En principio, los seis grupos de cuestiones abarcan todos los campos en que las iglesias ha venido actuando juntas a lo largo de los años a través del Movimiento Ecuménico.
Apuntalar y fundamentar tanto la evaluación de la labor realizada por el Consejo como el establecimiento de orientaciones para el futuro es un proceso continuo en el que se escucha, se habla, se discute y se reflexiona, y a través del cual las importantes cuestiones que afrontan las iglesias y el mundo cobran vida para los participantes en la Asamblea. Esto ocurre en cada aspecto de la Asamblea, ya sea en las exposiciones y los debates en las plenarias, en los estudios bíblicos, en los encuentros en pequeños grupos y en el culto, ya sea en las conversaciones informales entre los delegados y los demás participantes durante las comidas, las pausas para tomar café, entre un evento y otro, en los lugares de residencia o en los contactos con la comunidad anfitriona.
La Octava Asamblea también contará con un espacio especial en el que tendrá lugar esa búsqueda: el padare. Allí, las iglesias y los asociados ecuménicos de todas partes del mundo compartirán sus propias experiencias por diversos medios. Durante los dos días que median entre la Fase I y la Fase II de las reuniones de información y debate, los delegados tendrán la oportunidad de entrar de lleno en la experiencia del padare.
Octava Asamblea y Cincuenta aniversario |