Consejo Mundial de Iglesias
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Suiza |
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Comité central 29 de enero - 6 de febrero 2001 Potsdam, Alemania
Obispo argentino responsabiliza a la deuda externa de empobrecer al continente latinoamericano |
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La reflexión sobre los problemas de tipo económico ha estado presente en el CMI a través de su historia. La experiencia de los pobres se ha convertido en un eje central de la organización desde los años sesenta. En la VIII Asamblea celebrada en Harare, Zimbabwe se hizo un llamado a convertir tanto la deuda externa como el impacto de la globalización en dos temas fundamentales en la vida y accionar de la organización. Uno de los expositores fue el Obispo Aldo Etchegoyen de Argentina, quien destacó el problema de la deuda como uno de los fundamentales que atraviesa América Latina. En su presentación, el Obispo argentino ofreció cifras que muestran el complejo y estremecedor panorama que vive en estos momentos el continente latinoamericano. "En el Sur hemos sufrido la violencia de un sistema económico que desvaloriza y margina la vida. El 50 % de la población vive en el nivel de la pobreza y la miseria", apuntó el Obispo Etchegoyen, quien también enfatizó en la responsabilidad directa que tiene la deuda externa en el empobrecimiento del continente, pues la mayoría de los países tienen que destinar hasta el 40 por ciento de sus presupuestos al pago de intereses y al servicio de la deuda. "Por este mecanismo incontrolable y perverso que provoca pobreza, miseria y la destrucción de la vida, más de 40 millones de niños viven en las calles, crece la desnutrición, la pobreza, la prostitución y la violencia", añadió Etchegoyen. El Obispo categorizó el descubrimiento del continente latinoamericano como "el mayor despojo económico de la historia", pues tiempo después, grandes cantidades de oro, plata y otros minerales preciosos fueron expropiadas del continente. La posibilidad de que los países deudores dejen de pagar sus intereses, con el objetivo de invertir este dinero en programas de salud, educación y desarrollo humano depende, según explicó el obispo Etchegoyen, del poder económico que gobierna al mundo. Por otro lado, argumentó cómo el movimiento mundial Jubileo 2000 y otros economistas piensan en varios caminos de solución, uno de estos es que los países deudores dejen de pagar los intereses a fin de invertir ese dinero en programas de salud, educación y desarrollo humano. En Conferencia de Prensa ofrecida después de la sesión, el Obispo Aldo Etchegoyen profundizó en el tema y subrayó que las iglesias deben tener gestos de renunciamiento de modo que estén al lado de la gente. "Un sistema económico justo significa que el dinero esté al servicio de la gente y no la gente al servicio del dinero", añadió. Por último, dio a conocer su gran preocupación por el hecho de que los partidos políticos ni en Europa ni en Estados Unidos han hablado sobre el tema de la deuda con tanta claridad como el Consejo Mundial de Iglesias, el Consejo Latinoamericano de Iglesias y la ONGs lo han hecho, e instó a la unidad latinoamericana y Caribeña, por medio de la formación de un frente que les permita tener el poder necesario para enfrentar el problema del pago de la deuda, lo cual consideró un enorme desafío.
El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) es una comunidad de 342 iglesias, procedentes de más de 100 países de todos los continentes y de la mayor parte de las tradiciones cristianas. La Iglesia Católica Romana no es una iglesia miembro pero mantiene relaciones de cooperación con el CMI. El órgano rector supremo es la Asamblea, que se reúne aproximadamente cada siete años. El CMI se constituyó oficialmente en 1948 en Amsterdam (Países Bajos). Al frente del personal del CMI está su Secretario General, Konrad Raiser, de la Iglesia Evangélica de Alemania.
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