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20 de noviembre de 2001

Mensaje de Navidad 2001
por el Rev. Dr. Konrad Raiser
Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias


Vivimos en un mundo sin misericordia, donde más y más personas sienten que su vida no tiene salida. El tiempo y el dinero ejercen un dominio despiadado. El secreto de su poder es su escasez. Tiempo es dinero se dice. Los que tienen mucho dinero nunca tienen tiempo, y los pobres tienen tiempo, quizás, pero no tienen dinero. Sin embargo, necesitan dinero para poder vivir, piden préstamos y, por último, se ven atrapados en la garra implacable de la deuda.

Se nos dice que en un mundo de escasez, la competencia es el mejor camino para obtener más. La competencia obedece a la regla despiadada de ganadores y perdedores. Como tiempo y dinero son escasos, el que corre más rápido o puede ofrecer un mejor precio gana. Los que son demasiado lentos o tienen poco para ofrecer son eliminados de la carrera : excluidos. En un mundo de competencia no es mucho lo que se puede hacer para protegerlos.

Cuando es el dinero quien manda, casi todo se vuelve escaso. Cuando el poder puede comprarse, e incluso la justicia, queda poco para los pobres. En este caso también sólo hay ganadores y perdedores.

Cuando existe la supremacía del dinero, hasta el imperativo de la justicia pasa a ser un factor costoso. Los poderosos se cuidan bien de pedir disculpas por injusticias cometidas, pues temen que se reivindique una compensación monetaria. En cuanto a los que no tienen nada que perder, en casos extremos pueden optar por la violencia a fin de llamar la atención y de hacer valer sus derechos, aunque a costa de represalias despiadadas.

Es en este mundo sin misericordia donde "la gracia de Dios se ha manifestad o para salvación a toda la humanidad" (Tito 2:11). Es el mismo Dios que encontró Moisés: "Dios fuerte y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad" (Éxodo 34:6) y al que alaba el salmista como el que "no ha hecho con nosotros conforme a nuestras maldades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados" (Salmo 103:10). Dios vino al mundo para vivir entre nosotros y liberarnos de la regla despiadada de ganar o perder, del yugo de la competencia y la escasez.

He aquí el mensaje de Navidad: "Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre. (...) De su plenitud recibimos todos y gracia sobre gracia" (Juan 1 : 14,16).

Nuestro mundo no podrá ser redimido por la competencia desenfrenada frente a la escasez, sino por gracia y misericordia. La gracia de Dios que es su verdadero ser tomó forma humana en Jesucristo. La gracia de Dios está por encima de la ley de la escasez, y quiebra la dinámica despiadada de las represalias. Dios no nos juzga según nuestros resultados, nuestro valor o nuestro poder. Dios da y perdona con generosidad, sin contar, y ofrece vida en abundancia (Juan 10: 10), sobre todo para quienes son perdedores en nuestro mundo sin misericordia.

¡Que en esta Navidad recibamos todos de su plenitud "gracia sobre gracia "!

También puede solicitarse el mensaje de Navidad en cassette.

Las emisoras de radio y los servicios audiovisuales pueden obtener gratuitamente la grabación del mensaje de Navidad leído por Konrad Raiser en alemán, español, francés e inglés si hacen su pedido antes del 12 de diciembre.

Para hacer sus pedidos, diríjanse a la Oficina de Relaciones con la Prensa (CMI)
Correo electrónico: WCC Contact
Teléfono: (+41 22) 791 64 21


Para más información pónganse en contacto con:
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