Reunidos en Morges, Suiza, del 11 al 13 de junio de 2001, los representantes de las principales iglesias y comunidades religiosas de la ex República Yugoslava de Macedonia decidieron aunar sus esfuerzos para promover la paz y superar las tensiones y la violencia que dividen actualmente la sociedad macedonia. Esta primera mesa redonda interreligiosa con la participación de comunidades religiosas de la ex República Yugoslava de Macedonia fue convocada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en colaboración con la Conferencia de Iglesias Europeas (KEK) y el apoyo del Centro Macedonio para la Cooperación Internacional (CMCI).

En la mesa redonda participaron representantes de alto nivel de la Iglesia Ortodoxa de Macedonia, de la Unión Islámica de Macedonia, de la Iglesia Católica de Macedonia, de la Iglesia Metodista de Macedonia y de la Comunidad Judía de Macedonia. La reunión fue presidida por el Arzobispo Anastasio, jefe de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Albania.

Los 19 dirigentes religiosos condenaron toda forma de violencia y exhortaron a todas las partes a poner fin al conflicto y a impedir la agravación de la situación. Se comprometieron en nombre de las respectivas comunidades a encontrar formas de promover la comprensión y la tolerancia, y determinaron medidas prácticas para restaurar la confianza y promover la reconciliación entre las comunidades étnicas de Macedonia. Los dirigentes religiosos condenaron con firmeza los atentados contra los edificios religiosos y contra los representantes de sus comunidades, e instaron a las autoridades políticas nacionales e internacionales a encontrar soluciones viables y a largo plazo para los problemas que desgarran la región de Europa Sudoriental.

Desde comienzos de 2001, ha habido una escalada del conflicto armado en la ex República Yugoslava de Macedonia tras los ataques emprendidos por los rebeldes albaneses contra las fuerzas gubernamentales macedonias y su exigencia de que se respetaran los derechos de la minoría albanesa del país. "La confrontación entre el ejército macedonio y los rebeldes de origen albanés ha dado lugar al desplazamiento generalizado de la población civil, y la amenaza de una crisis humanitaria se cierne sobre algunas regiones del país", explica el secretario para Europa del CMI, Alexander Belopopsky.

"El desencadenamiento de la violencia en la ex República Yugoslava de Macedonia desde marzo y abril de 2001 entraña el riesgo de que estalle una violencia interétnica e intercomunitaria aún mayor en el país, y constituye una amenaza para el caracter pluricultural de la sociedad. El CMI y la KEK están convencidos de que las iglesias y las comunidades religiosas tienen un papel único y valiosísimo en el restablecimiento de la paz. En el marco del Decenio para Superar la Violencia, y de la Colaboración Ecuménica de Europa Sudoriental, el CMI y la KEK mantienen en el centro de sus preocupaciones y acciones la construcción de la paz y la reconciliación, y hacen todo lo posible por promover la participación activa de todas las comunidades religiosas en favor de la promoción de la paz, la tolerancia y la solución noviolenta del conflicto", dice Belopopsky.

Las fotos de la mesa redonda que se reunió en Morges se encuentran en el sitio web de Photo Oikoumene

El texto de la declaración común de los participantes en el mesa redonda