La reunión de Zimbabwe ha dado a las iglesias del mundo la oportunidad de vivir de cerca
algunas de las realidades de la vida en África meridional. Recordamos que a nuestra llegada
aquí el tipo de cambio era de 34 dólares de Zimbabwe por un dólar de los
Estados Unidos. Una semana más tarde el tipo de cambio era de 40 dólares de
Zimbabwe por un dólar americano. ¿Qué pasará la semana próxima
y las semanas siguientes? Cada devaluación aumenta las dificultades para la población
local.
He aquí algunas imágenes fuera del contexto de la Asamblea que nos han ayudado a
sentir el pulso de África:
- el culto del domingo en las afueras de Harare con cientos de personas sentadas sobre piezas de
plástico en un simple cobertizo abierto escuchando atentamente el mensaje;
- un niño que se quita sus andrajosos y destrozados zapatos y camina descalzo (ecos de "la
gracia va descalza", de la presentación del tema en la Plenaria);
- la mujer que vende hermosos objetos de artesanía hechos por mujeres y jóvenes
desempleados apenas salidos de la escuela. Ella nos invita cálidamente a "no apurarnos" y
"tomar nuestro tiempo" mientras conversa con nosotros preguntándonos por nuestro
país y por el trabajo que hacemos aquí.
Todos los seres humanos han sido creados a imagen de Dios y tienen derecho a vivir con dignidad en
una sociedad libre y justa, a la vida en toda su plenitud. La iglesia está llamada a la solidaridad
con aquellos que sufren privaciones, injusticia y opresión. También estamos llamados a
celebrar la vida como un don gratuito de Dios, y a alegrarnos en la esperanza cuando pensamos en el
año de gracia del Señor.