El moderno movimiento por la unidad de la Iglesia se remonta al final del siglo XIX y a las primeras décadas del siglo XX, que es cuando los cristianos empezaron a orar y a trabajar juntos cruzando las fronteras de las denominaciones. Al final del decenio de 1920 se formaron varios movimientos de vanguardia para hacer avanzar la unidad de la Iglesia en todo el mundo. En 1937, los dirigentes de las iglesias acordaron crear un consejo ecuménico de iglesias, pero la Segunda Guerra Mundial retrasó su constitución oficial hasta agosto de 1948, año en que se reunieron en Amsterdam representantes de 147 iglesias para celebrar la Primera Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias. A partir de ese momento, fue creciendo el número de iglesias de todos los continentes que se adhirieron a la causa de la unidad de los cristianos tendiendo puentes sobre las antiguas y profundas divergencias que separaban a los creyentes. Entre las iglesias miembros del CMI se cuentan hoy todas las iglesias ortodoxas del mundo, muchas iglesias protestantes históricas: anglicanas, bautistas, luteranas, metodistas y reformadas, así como una amplia representación de iglesias unidas e independientes. La iglesia cristiana más grande del mundo, la Iglesia Católica Romana, no es miembro del CMI, pero trabaja en estrecha cooperación con el Consejo desde hace más de treinta años y envía representantes a las principales conferencias del CMI, así como a las reuniones de su Comité Central y a sus asambleas. El Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos nombra 12 representantes para la Comisión de Fe y Constitución del CMI, y colabora todos los años en la preparación de los materiales de estudio que utilizarán las congregaciones y parroquias durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. El Consejo Mundial de Iglesias no tiene como meta crear una "superiglesia" mundial, ni uniformar las formas de culto; trata, antes bien, de fortalecer la comunión de las iglesias y comunidades cristianas para que vean unas en otras expresiones auténticas de la "Iglesia una, santa, católica y apostólica". Esa comunión es la base para la confesión común de la fe apostólica, la cooperación en la misión y el servicio y, a veces, también, para compartir los sacramentos. Todos esos actos de comunión hacen patente el testimonio de la declaración fundacional del CMI de que Jesucristo Nuestro Señor es "Dios y Salvador según el testimonio de las Escrituras". |
La Conferencia de Vida y Acción celebrada en Oxford, en 1937, aprobó su fusión con Fe y Constitución como base de la fundación del Consejo Mundial de Iglesias. WCC Photo
La primera reunión del Grupo Mixto de Trabajo constituido por el CMI y la Iglesia Católica Romana se celebró en 1966. De izquierda a derecha: Dr. A. W. Visser't Hoof (Países Bajos), Dr. Eugene Carson Blake (EE.UU.) Padre Jérôme Hamer (Francia). John Taylor/WCC Photo
Culto en la Asamblea de Harare (1998). Chris Black/WCC Photo |