El de la MUR es alentar, ayudar y apoyar a las iglesias miembros del CMI a fin de promover una concepción y práctica de la misión que las ayude a hacer frente a las estrucutras injustas de la sociedad y a solidarizarse con los pobres y marginados. De particular importancia es facilitar la organización de las comunidades en materia de capacitación y transformación social en la perspectiva del reino de Dios. La MUR es un movimiento de personas que, inspiradas en la fe cristiana (sin exluir la colaboración con personas de otras religiones) se solidarizan con la lucha de los oprimidos en favor de la justicia y la liberación. Su objetivo es asociar, tanto en el plano nacional o regional como en el mundial, las organizaciones comunitarias rurales y urbanas, los movimientos populares y las redes con las iglesias y los organismos misioneros. Uno de los principales objetivos permanentes del trabajo y la metodología de la MUR es su apoyo a la potenciación de comunidades. La MUR promueve una toma de conciencia acerca de la dignidad y del potencial de los desfavorecidos y los marginados, y fomenta el desarrollo de comunidades sostenibles. Trabaja además en favor de las iniciativas cristianas de solidaridad a fin de promover comunidades basadas en la justicia. |
Centro de apoyo a los trabajadores: iniciativa de una iglesia de Filipinas (1988) |
Pero es también un camino "espiritual", en el que encontramos al Espíritu de Dios en los demás, y en el valor de las comunidades que resisten, que luchan y que, a pesar de todas las penas, de todos los sufrimientos y de la muerte, tienen esperanza en una nueva vida, una nueva creación y una nueva comunidad.
Los programas de la MUR están descentralizados en seis regiones: Asia, África, Europa, América Latina, Oriente Medio y América del Norte. Cada región tiene un grupo/comité de contacto, integrado principalmente por agentes comunitarios que, con el apoyo de otras personas, se esfuerzan por reforzar las actividades de análisis y reflexión bíblico-teológica e ideológica, así como las relaciones con las iglesias.
Una comisión de ámbito mundial orienta las actividades del CMI en la esfera de la MUR. La oficina de la MUR-CMI en Ginebra coordina y facilita todo el programa, trabajando con cada región para apoyar a las redes nacionales en aras de una mayor cohesión y colaboración en toda la familia humana, y para dar a conocer y promover los objetivos de la MUR en el marco del CMI y de todo el Movimiento Ecuménico, así como a nivel de las iglesias y de los organismos de cooperación
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