Uno de los mayores desafíos con que se enfrenta Cuba es "mantener al pueblo motivado por la solidaridad y no por el egoísmo", dijo el presidente cubano Fidel Castro a una delegación ecuménica internacional que visita esta nación isleña del Caribe.

Castro se reunió con el grupo durante más de cuatro horas, con ocasión de una cena, en la enorme sede del Consejo de Estado del Gobierno en La Habana. La entrevista comenzó tarde el 12 de octubre y terminó después de las tres de la mañana el 13 de octubre.

Dirigida por el Dr. Konrad Raiser, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la delegación estaba integrada además por el Dr. Walter Altmann, presidente del Consejo Latinoamericano de Iglesias, y el Rev. Carlos Emilio Ham, presidente de la Conferencia de Iglesias del Caribe.

La conversación entre los dirigentes ecuménicos y el dirigente comunista de 73 años de edad versó sobre muy diversos temas, desde el pensamiento de Santo Tomás de Aquino y el problema de la deuda externa hasta la detención en Londres del ex dictador chileno Augusto Pinochet.

El presidente Castro, que se educó siendo niño en escuelas católicas, hizo muchas preguntas a los miembros del grupo acerca de la Reforma Protestante, en particular sobre la vida y el pensamiento de Martín Lutero.

Castro dijo que Jesús había sido "un gran revolucionario social". Cuando el Dr. Raiser y el Dr. Altmann explicaron con detalle la forma en que Lutero había cuestionado la Iglesia Católica de su época, Castro dijo que él se había sentido muchas veces como Lutero debe haberse sentido. Y expresó que admira la manera de orar de los evangélicos: "A mí me gusta cómo oran los evangélicos, es una forma muy directa de comunicarse con Dios".

En cuanto a la extradición pendiente a España que pesa sobre Pinochet, el presidente Castro, que, según se ha dicho, está preocupado con el precedente jurídico que el caso puede sentar, dijo que la detención del dictador era "moralmente justa pero jurídicamente cuestionable". Dijo que Pinochet "debe ser sancionado, pero en Chile".

Raiser expresó que ocurra lo que ocurra con el caso Pinochet, "ya se ha logrado políticamente lo esencial... Pinochet tiene que rendir cuentas de sus actos. Ya no es posible tolerar la impunidad. Sea juzgado, o no, Pinochet, esto ya es irreversible".

Cuba es la primera etapa de la breve gira de la delegación por cuatro países de la región. Se incluye en el itinerario Haití y Honduras, donde, dijo Castro, el grupo se encontrará con personal médico cubano que trabaja al servicio de los pobres. Castró explicó la manera en que Cuba forma a sus médicos, enviándolos generalmente al exterior para cumplir un período de servicio y expresó: "al poner en práctica la solidaridad, se vuelven más compasivos".

Raiser dijo a Castro que las iglesias en el movimiento ecuménico "comparten una preocupación por la justicia que tiene mucho en común con la vida y la lucha del pueblo cubano".

También presentes en la reunión estaban los líderes de varias iglesias evangélicas cubanas, y Castro los interrogó mucho sobre las diferencias teológicas e históricas entre las distintas denominaciones.

El grupo explicó a Castro cómo las iglesias habían estado trabajando juntas en actividades en favor de la paz en varios países latinoamericanos, sobre todo en Guatemala y Colombia.

La reunión con el presidente de Cuba tuvo lugar el tercer día de una visita de cuatro días. Ese mismo 12 de octubre la delegación se reunió con el arzobispo católico romano de La Habana, Jaime Ortega, que expresa frecuentes críticas contra la política del Gobierno.

Ortega dijo que aunque la discriminación abierta de que había sido objeto la Iglesia Católica era cosa del pasado, muchos de los buenos sentimientos promovidos por la visita a Cuba el año pasado del papa Juan Pablo II se habían disipado. "El Gobierno no supo aprovechar la esperanza suscitada por la visita del papa", declaró Ortega.

También expresó que aunque los dirigentes comunistas de Cuba ordenaron que se pusiera fin al acoso a la iglesia "a veces esas órdenes las tienen que cumplir funcionarios locales con mentalidad muy estrecha."

El Gobierno cubano fue oficialmente ateo hasta 1992, cuando el Partido Comunista de Castro declaró el Estado laico y dejó de lado la exigencia de que los miembros del partido fueran ateos. Ortega dijo al grupo evangélico que el ateísmo nunca había calado muy hondo en el espíritu cubano. "El pueblo cubano es un pueblo donde el ateísmo nunca hizo gran camino", dijo Ortega. "Uno de los defectos que tenemos los cubanos es que no tomamos las cosas en serio y no creo que nunca se haya tomado el ateísmo muy en serio".

La delegación ecuménica sale de Cuba en dirección a Haití el 14 de octubre.

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