El Dr. Setri Nyomi, secretario general de la ARM, expresó su admiración por Blancy diciendo: "fue uno de los espíritus más perspicaces de la Iglesia Reformada de Francia". "Aportó una destacada contribución a la vida de la familia reformada, tanto en su propia iglesia, como en la región europea en el marco de la ARM, o a nivel internacional", dijo Nyomi. "En el se aunaban una aguda inteligencia, una cálida y compasiva humanidad y un gran sentido del humor.

"Tuve el placer de mantener una larga conversación con él durante la 23a Asamblea de la Alianza Reformada Mundial en Debrecen, el año 1997, donde colaboró como uno de los principales intérpretes, aunque ya estaba jubilado. Rápidamente comprendí que Alain era más que un intérprete en el estricto sentido técnico del término. Era un hombre con una rara capacidad de interpretar la tradición reformada reactualizándola de forma convincente en los problemas de hoy día. Lo vamos a echar mucho de menos."

El secretario general del CMI, Dr. Konrad Raiser, expresó su "profunda gratitud" por todo lo que Alain Blancy "había dado al Movimiento Ecuménico a lo largo de tantos años de participación." En su homenaje a Blancy, Raiser recordó algunas de las etapas de la peregrinación ecuménica de un hombre que "dejó una impronta duradera en la vida del Consejo Mundial de Iglesias gracias a su trabajo como Director adjunto del Instituto Ecuménico de Bossey".

"Ya antes de unirse al personal del CMI, había participado en iniciativas ecuménicas en diversos contextos como pastor de la Iglesia Reformada de Francia. Varios de estos sectores de actividad adquirieron aún más importancia para Alain Blancy cuando dejó el Instituto Ecuménico y regresó a Francia para prestar servicios en la comunidad de la Iglesia Reformada de Francia en Lyon.

"Cabe destacar, en particular, su participación en el Groupe des Dombes, un grupo ecuménico de estudio muy conocido gracias a su publicación, en 1991, Pour la Conversion des Eglises, y a su reciente estudio en dos volúmenes sobre las convergencias ecuménicas en el ámbito de la mariología. Como copresidente del Groupe de Dombes, Alain Blancy aportó una contribución decisiva a la redacción de estos dos frutos del diálogo ecuménico entre la Iglesia Católica Romana y las tradiciones de la Reforma.

"El testimonio ecuménico de Alain Blancy se arraigaba en su historia personal: nació en Alemania de una familia de origen judío que se convirtió al cristianismo en la tradición protestante. Cuando tuvo que emigrar a Francia y, más tarde, fue deportado nuevamente a Alemania, conoció muchos de los sufrimientos, las tragedias y las contradicciones de ese período histórico que está entrelazado estrechamente con el surgimiento del Consejo Mundial de Iglesias. Hacia el final de su vida, la separación entre judíos y cristianos dentro del pueblo de Dios había pasado a ser cada vez más el desafío ecuménico más importante para él. Hasta pocos días antes de morir, estaba preparando una conferencia sobre: "La teología cristiana después de la shoah".

Alain Blancy será recordado como uno de los testigos ecuménicos de la nube de testigos del siglo XX. Su pasión por la unidad, su clarividencia y su generosidad, a pesar de los amargos recuerdos de sus años jóvenes, constituyen un valioso legado para la nueva generación ecuménica.