Después del 11 de septiembre: preguntas y más preguntas Todavía no podemos comprender plenamente los cambios que se han inducido. Aun cuando los talibanes parecen retirarse, el futuro de Afganistán sigue lleno de interrogantes. ¿Se prestará suficiente ayuda humanitaria para los alrededor de 7 millones de personas que necesitan angustiosamente ayuda alimentaria? ¿Se formará un gobierno estable? ¿Qué significarán estas acciones en Asia meridional? ¿Seguirá creciendo la tensión entre cristianos y musulmanes? ¿Estarán las iglesias a la altura de las circunstancias y se harán más fuertes gracias a su testimonio en estos días difíciles? ¿Qué significarán estos acontecimientos para el desarme, y para la política mundial en general? Mientras los Estados Unidos y sus aliados toman decisiones militares, ¿se invitará simplemente a las Naciones Unidas a recoger las piezas una vez terminada la acción militar en Afganistán, o tendrán un papel de mayor importancia? ¿Qué significarán estos acontecimiento para la economía? El comercio mundial está en baja, el gasto de los consumidores se retrae, se cierne el desempleo y, como siempre, son los pobres quienes más sufren. ¿Se intensificará el uso de la ayuda bilateral y de las instituciones financieras internacionales como palancas con fines políticos para premiar a los aliados y no para ayudar a los más necesitados? ¿Qué significa esto para la mundialización y para el movimiento antimundialización? Las repercusiones para los derechos humanos son terroríficas. Nuevas leyes en nombre de la seguridad recortan las libertades ciudadanas en muchos países. Crecen la xenofobia y el racismo, junto con controles más rígidos en las fronteras, suspensión de acogida a los refugiados y cooperación reforzada entre fuerzas de seguridad. La mezcla de acciones militares con operaciones humanitarias, ya vista en Kosovo y en la guerra del Golfo, ha alcanzado nuevas dimensiones cuando aviones del mismo país arrojan bombas en racimos y paquetes de alimentos (que son incluso del mismo color) sobre las mismas personas. Los refugiados tratan de huir del peligro y la desesperación pero encuentran cerradas las fronteras y muy poca asistencia. Durante más de 20 años Irán y Pakistán han acogido a más de 3,5 millones de refugiados afganos sin que la comunidad internacional asuma apenas una auténtica parte de responsabilidad. ¿Podemos extrañarnos de que aquellos gobiernos escuchen con escepticismo los llamamientos internacionales para que abran sus fronteras? Si los refugiados pudieran regresar el año próximo, ¿aportará la comunidad internacional la asistencia necesaria para que puedan contribuir a rehacer su país en lugar de convertirse en otra fuerza desestabilizadora? Las imágenes alucinantes de los aviones embistiendo contra el World Trade Center el 11 de septiembre son ya parte de la conciencia colectiva de la humanidad. Dos meses más tarde, está claro que se han puesto en marcha cambios que alterarán nuestro mundo radicalmente. En verdad vivimos tiempos inciertos. Quetta: punto candente del conflicto
En Quetta impera desde hace tiempo un estado de ánimo explosivo: entre los habitantes de la ciudad hay un gran descontento. Al fin de cuentas la mitad de los 1,5 millones de habitantes son afganos refugiados, que disputan a los nativos los pocos puestos de trabajo de una región que vive sobre todo de la agricultura y que desde hace cuatro años padece una pertinaz sequía. Hace muchos años que los refugiados viven aquí. Sus campamentos se han convertido en barrios de la ciudad. Son víctimas de uno de los muchos conflictos que dividen a la sociedad afgana. Marium Gul por ejemplo llegó con sus ocho hijos a principios de octubre a Quetta. Abuela con 42 años, toma a su nieto en el regazo y cuenta que la familia ha cruzado la frontera atravesando a pie los montes por sendas de contrabandistas. Dos meses atrás los talibanes habían incendiado la casa familiar. Después habían vivido en una tienda de campaña, antes de huir a Pakistán, dice Marium.
el que no hay ni electricidad ni agua corriente. Más de dos millones de refugiados afganos viven ya, a menudo desde hace años, en campamentos en Pakistán, expulsados por la desoladora sequía, que ya dura tres años, y por las violentas luchas internas de más de veinte años. Hasta hace pocas semanas eran generalmente ignorados por la opinión pública mundial. Apenas había fondos de ayuda. En realidad sigue sin haberlos, porque las donaciones de que ahora se dispone están destinadas a las nuevas avalanchas de refugiados que se esperan. En los campamentos actuales reina una pobreza extrema, de la que los niños son quienes más padecen. Por ejemplo Ajmal, de 14 años, la soporta como muchos de sus amigos: debe trabajar doce horas diarias haciendo alfombras de nudos. Todos saben que son los niños quienes hacen las alfombras. “Es la consecuencia cuando las familias se ven sumidas en la pobreza”, dice Marvin Parvez, del Consejo Nacional de Iglesias. Thabiba, de doce años, empezó ya con tres años a hacer alfombras y nunca ha estado en una escuela. Desde los bombardeos ya no solo cruzan la frontera los hazaras, sino también miembros de otras etnias. En Quetta las autoridades temen que los nuevos refugiados y los hazaras de los campamentos existentes formen una mezcla explosiva que produzca nuevos estallidos de violencia. También los miembros de la minoría cristiana viven aquí, como en todo Pakistán, en perpetuo temor de sufrir agresiones. Según estimaciones del Consejo Nacional de Iglesias hay unos cuatro millones de cristianos en el Pakistán islámico: una pequeña minoría entre unos 140 millones de habitantes. Muchos temen que el conflicto en Afganistán haga infranqueable el foso entre musulmanes y cristianos. “Cada vez que hay manifestaciones tememos que la protesta se vuelva contra nosotros”, dice Richard Donaldson, de la Iglesia de Pakistán. Sin embargo, en años anteriores tuvo lugar un acercamiento. Pese a algunas discriminaciones, opina Humphrey Peters de la Iglesia de Pakistán en Peshawar, la actitud actual frente a los cristianos del país es en general mejor hoy que hace unos años. Él apuesta por el diálogo entre musulmanes y cristianos. Peters señala los problemas fundamentales de la sociedad pakistaní. El rápido crecimiento demográfico, la elevada tasa de desempleo en el distrito de Quetta por ejemplo, asolado por la sequía, apenas hay trabajo, el alto índice de analfabetismo (más del 70 por ciento), la discriminación de la mujer, el extenso tráfico de drogas, más de dos millones de refugiados afganos, el permanente conflicto con la India respecto a Cachemira; es preciso superar todos estos factores para garantizar un desarrollo pacífico de la sociedad. El CMI felicita a Kofi Annan y a las Naciones Unidas por la concesión del Premio Nobel de la Paz Tras el anuncio de la concesión del Premio Nobel de la Paz a las Naciones Unidas y a su Secretario General Kofi Annan, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) envió el 16 de octubre una carta de felicitación a Kofi Annan y a la presidenta del Comité del Personal de las Naciones Unidas Rosemarie Waters. En la carta, el secretario general en funciones del CMI Georges Lemopoulos elogia la "sabiduría" de Kofi Annan en su actuación al frente de la organización y su habilidad como "mediador mundial, negociador, artesano de la paz y custodio del estado de derecho internacional". En la carta se agradece también la dedicación del personal de las Naciones Unidas a todos los niveles y su contribución al "tratar de plasmar y hacer realidad las aspiraciones de los pueblos que integran las Naciones Unidas." El texto completo de la carta puede leerse en el sitio web del CM http://wcc-coe.org/wcc/what/international/nobel.html Uno de los problemas mas difíciles con que nos enfrentamos cuando tratamos de responder de forma significativa a la epidemia del VIH/SIDA es la cuestión de la violencia de que son víctimas las personas que viven con el VIH/SIDA. Esta violencia se suele manifestar en forma de estigmatización y de discriminación por parte de la sociedad. Contrariamente a otras enfermedades graves, el VIH/SIDA induce un juicio de valores que estigmatiza de inmediato a la persona seropositiva y le hace sentir un profundo sentimiento de vergüenza. Todos sabemos que una información pertinente, exacta y oportuna es la clave de cualquier campaña contra la pandemia de SIDA. Sin embargo, durante los últimos años, los debates y las campañas se han centrado principalmente en el uso de condones y en la conducta sexual de los adolescentes, dejando de lado otras cuestiones importantes, como la violencia. La marginación, sea como resultado de la pertenencia étnica, de la movilidad de las personas, de su profesión o de sus prácticas culturales, sea como resultado del racismo o de la orientación sexual, determina la vulnerabilidad a la enfermedad, y plantea problemas aún mayores cuando se trata de frenar su propagación. Al hablar en una Consulta mundial patrocinada por el CMI sobre “La respuesta ecuménica al desafío del VIH/SIDA en África”, celebrada del 25 al 28 de noviembre de 2001 en Nairobi, Kenya, el Canónigo Gideon Byamugisha de la Iglesia Anglicana de Uganda dijo: “Todos sabemos actualmente que, cuando se trata del VIH/SIDA, no es la condición en sí la que lastima más (dado que muchas otras enfermedades y situaciones conllevan graves sufrimientos y muerte), sino la estigmatización y la posibilidad de rechazo y de discriminación, la incomprensión y la pérdida de confianza con que se ven confrontadas las personas seropositivas”. Parte del problema reside en la forma en que el VIH/SIDA fue presentado al público cuando se detectó el virus. Y todos reconocen actualmente que el lenguaje utilizado entonces era muy perjudicial! “Con nuestro lenguaje lo que pretendíamos era aplastar el SIDA, combatiéndolo sin tregua, o infundir miedo. Llegó un momento en que la gente ya no pudo más, se volvió agresiva y se rebeló”, dijo Kenneth Ofosu-Barko, director de ONUSIDA en Zambia, con ocasión de la 13° Conferencia Internacional sobre el SIDA, celebrada en Durban (Sudáfrica), en junio de 2000. Aunque cada vez más personas se atreven a hablar abiertamente de su condición, y consiguen vivir de forma positiva con el SIDA, en África es un fenómeno relativamente nuevo. El continente africano en general aún no se ha beneficiado de un debate público franco y con espíritu abierto, como es el caso en algunos países como Uganda, donde se ha podido frenar la destrucción causada por el SIDA. Al comprometerse con la aplicación del Plan de Acción en el marco de la Respuesta ecuménica al VIH/SIDA en África, las iglesias representadas en la Consulta de Nairobi se comprometieron a decir la verdad, y a superar su propio cansancio y actitud de negación del problema y de la situación de las personas que viven con el VIH/SIDA. El Plan de Acción y los comunicados de prensa sobre la Consulta de Nairobi pueden leerse en la página Web: http//:www.wcc-coe.org/wcc/what/mission/hiv-aids El diálogo interreligioso es importante, subraya el presidente de Tanzanía
Respecto a la necesidad de diálogo interreligioso, Mkapa observó que ese diálogo revela que "lo que todas las religiones y sectas tienen en común es más que sus diferencias". Una forma en que los gobiernos africanos pueden contribuir a eliminar la violencia, apuntó, es promover una mayor comprensión entre personas de diferentes credos y diferentes contextos sociales y culturales. Más en general, los líderes africanos deben promover instituciones, políticas, estrategias y procesos viables para el buen orden de la sociedad estableciendo sistemas que garanticen la igualdad de oportunidades ante la ley. La violencia no tiene color, raza, religión ni tribu, recalcó Mkapa. Se produce más bien cuando un grupo se considera superior a otro. Refiriéndose a los acontecimientos del 11 de septiembre en los Estados Unidos, Mkapa dijo que la responsabilidad de tales atentados debe atribuirse a sus autores y no a su religión, tribu o raza. En conclusión, el presidente de Tanzanía instó a los países desarrollados a que observaran sus propias sociedades y consideraran cómo las ve el resto del mundo. Por último se preguntó: "¿Ven los verdaderos valores cristianos de caridad, ayuda, amor y compasión?" El texto completo del discurso puede leerse en nuestro sitio Web: http://www.wcc-coe.org/wcc/dov/launches-s.html Tomados de la mano como signo de paz
Para más información, póngase en contacto con: hpgeiser@swissonline.ch
Construir la paz: ministerios compartidos "Teología y Cultura: Construir la paz en un mundo globalizado" era el tema de una consulta teológica que tuvo lugar del 25 al 29 de junio de 2001 en Bienenberg, Suiza septentrional, organizada por miembros de las "iglesias tradicionalmente pacifistas" -cuáqueros, Iglesia de los Hermanos y menonitas- como contribución al Decenio para Superar la Violencia (DSV). Fruto importante de la reunión fue un estudio titulado Construir una paz justa: hacia un enfoque ecuménico desde la perspectiva de las iglesias pacifistas históricas, redactado en respuesta al documento sobre La protección de la población en peligro en situaciones de violencia armada: definición de un punto de vista ético ecuménico, presentado por el equipo de Relaciones Internacionales del CMI al Comité Central del CMI (Potsdam 2001). El estudio se envió a las iglesias miembros para más amplia reflexión y consideración. La consulta envió una carta abierta a las iglesias participantes y a otras entidades cristianas que comparten y afirman los valores de esas iglesias. La carta, titulada "Construir la paz: ministerios compartidos", es una confesión y un desafío a las iglesias para que superen la complacencia y la insensibilidad ante las expresiones de violencia en todo el mundo. Formula algunos compromisos y sugerencias con ocasión y a favor del Decenio e invita a consultas futuras del mismo tipo. Para más información diríjase a: La violencia es una importante cuestión de salud pública Por John M. Grange, profesor visitante, Centro de Enfermedades Infecciosas y de Salud Internacional, University College, Londres La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como "un estado de completo bienestar físico, mental y social". Implícita en esta definición está la total incompatibilidad entre salud y violencia. En 1997, la Asamblea Mundial de la Salud recalcó la importancia de la violencia como cuestión de salud pública y adoptó un plan de acción para definir la magnitud del problema y planificar intervenciones. Como resultado de esta iniciativa, la OMS publicará en 2001 el primer Informe Mundial sobre Violencia y Salud para llamar la atención sobre la violencia como problema mundial de salud pública, y para poner de manifiesto el papel del personal de salud pública en la comprensión de la violencia y la respuesta que debe dársele, así como en su prevención. Además del daño directo, los efectos indirectos de la violencia y los conflictos sobre la salud son enormes. Por ejemplo, en África el paludismo mata a muchas más personas como secuela de conflictos y guerras que las que mueren como resultado directo del conflicto armado, lo que tiene consecuencias humanas y económicas devastadoras. La enfermedad puede ser tanto causa como efecto de la violencia. Así, las mujeres pueden no sólo ser infectadas con el VIH a consecuencia de violaciones de sus derechos sexuales, sino que muchas -en torno a un quinto de las seropositivas en los Estados Unidos y en Kenya- sufren violencia por razón de su condición de infectadas. La OMS ha recalcado que la violencia es ciertamente una causa grave de mala salud entre las mujeres de todo el mundo. Está claro por lo tanto que violencia y conflictos son causas y consecuencias importantes de una mala salud. Existe en efecto un círculo vicioso de violencia, pobreza y enfermedad en muchas partes del mundo. La participación del personal sanitario y de los organismos nacionales e internacionales relacionados con la salud en el Decenio del CMI para Superar la Violencia podría por lo tanto tener una gran repercusión en la salud mundial y contribuir en gran medida al logro del objetivo de la OMS, "Salud para todos". Un tren de paz en tiempos de guerra: signo de esperanza y protesta contra la violencia
que viajó de Amsterdam a Braunschweig para superar las actitudes racistas y la violencia entre los jóvenes. De hecho, los estudiantes tomaron tanto trenes como autobuses de Amsterdam a Braunschweig. Por el camino, visitaron lugares significativos para la construcción de la paz y la solución de conflictos, como la Casa de Ana Frank en Amsterdam, pero también el antiguo campo de concentración de Bergen-Belsen. En una serie de talleres, los estudiantes prepararon escenificaciones de sus diversas experiencias de violencia, las cuales se representaron en varias ciudades del trayecto hasta Braunshweig. Para más información diríjase a: Río de Janeiro limita la venta de armas pequeñas
En junio de 2001, el gobierno del estado de Río de Janeiro en asociación con Viva Rio organizó una destrucción de armas de fuego: 100.000 armas pequeñas incautadas por la policía fueron destruidas en una ceremonia pública. El acto demostró el amplio apoyo público a la legislación propuesta sobre prohibición de armas de fuego, y sirvió para llamar la atención sobre la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras (julio de 2001, Nueva York). Para más información diríjase a: La Conferencia de las Iglesias de Toda el África inaugura el DSV Bajo los auspicios de la Conferencia de las Iglesias de Toda el África (AACC), las iglesias de África han inaugurado el Decenio para Superar la Violencia, en un acto que tuvo lugar durante la Asamblea de la AACC en Nairobi, Kenya, del 15 al 17 de octubre de 2001. En su alocución, el presidente de la AACC Prof. Kwesi Dickson instó a las iglesias de África a erradicar la violencia. "La violencia ha penetrado en las familias y las comunidades de nuestra madre África", observó. El líder de la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos (FUMEC) Modetse Mfashwanayo insistió en que la iniciativa sería "un vano ejercicio si no se siguen de cerca de forma eficaz sus progresos". Señaló también que la eliminación de la pobreza, la ignorancia y la enfermedad serían un objetivo central del DSV en el continente africano. Desde ahora, el boletín de la AACC Tam Tam se centrará en cuestiones relativas a la erradicación de la violencia. Para más información diríjase a: Sierra Leona entra en la red "Paz a la Ciudad" Freetown, la capital de Sierra Leona, se unió a otras ciudades del mundo presas de la violencia en las que se hace un trabajo creativo para construir la paz. Freetown se incorporó a la red de paz ecuménica mundial del Decenio para Superar la Violencia del Consejo Mundial de Iglesias. Freetown entró en la red “Paz a la Ciudad” el 16 de octubre de 2001, mediante el trabajo del Consejo de Iglesias de Sierra Leona sobre armas pequeñas y ligeras. La campaña “Paz a la Ciudad” empezó en 1996 con siete ciudades de distintos países que se asociaron simbólicamente. Se trataba principalmente de atraer la atención de las iglesias hacia la superación de la violencia y la consecución de la paz. Freetown ha sido la tercera ciudad africana en sumarse a la campaña, tras las ciudades de Durban en Sudáfrica y Yaoundé in Camerún. Para más información diríjase a:
Publicaciones sobre la superlación de la violencia
Encontrará una introducción a la idea y el mandato del DSV, una oración del DSV y una explicación del logotipo. Hay relatos y fotos de personas y grupos de diversos lugares del mundo sobre lo que hacen para superar la violencia, enlaces con el sitio web de la red Paz a la Ciudad y con una lista de sitios web de otros movimientos por la paz locales, nacionales e internacionales. Hay asimismo un calendario de actividades relacionadas con el DSV y un formulario en línea mediante el cual usted podrá decirnos lo que hace para superar la violencia y nosotros podremos tansmitir su relato a otros. www.gewaltueberwinden.org
(alemán) Esta publicación tiene como objetivo comunicar e intercambiar información de las iglesias miembros y de la sociedad civil sobre temas relacionados con el Decenio y la lucha contra la violencia. Pedimos a los lectores que nos envíen sus contribuciones, no sólo acerca de cómo mejorar nuestras futuras publicaciones, sino también sobre asuntos de interés especial para sus regiones o países. SUPERAR LA VIOLENCIA se publica cuatro veces al año y se distribuye de forma gratuita. También puede obtenerse en alemán, francés e inglés. Producción: Equipo de redacción: Para más información escriba a: Los artículos pueden reproducirse libremente; sírvase mencionar el CMI como fuente. Impreso en Suiza |