Consejo Mundial de Iglesias
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CMI APELA AL RESPETO POR LOS DERECHOS HUMANOS |
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Por otro lado, la Asamblea pide que las iglesias superen la exclusión y marginalización en su propio medio y que incentiven a la plena participación y administración. Añade que es necesario luchar contra las raíces de las violaciones de los derechos humanos que se encuentran dentro de las "estructuras nacionales e internacionales injustas o derivan del apoyo externo a regímenes represivos". Al mismo tiempo, el documento de la 8va Asamblea lamenta que en el discurso internacional en términos de derechos humanos está siendo cada vez más politizado como ocurrió durante la guerra fría. Declara la corrupción como "uno de los males mayores de nuestras sociedades y aplaude la campaña mundial para la vigencia de la Convención Internacional sobre Protección de los derechos de todos los trabajadores migrantes y sus familias. El CMI también apoya la lucha de las iglesias contra la impunidad y afirma que es un elemento fundamental de recuperación después de conflictos y la busca de la verdad y justicia para las víctimas, el perdón y la reconciliación en sociedades que sufren violaciones sistemáticas de los derechos humanos. "La justicia para las víctimas debe incluir instrumentos de reparación, restitución, indemnización por pérdidas sufridas", añade el documento. Al mismo tiempo, el CMI se complace con la creación de la Corte Penal Internacional y exhorta a las iglesias a que incentiven a los gobiernos de sus respectivos países para que ratifiquen el acuerdo de Roma e incorporen la acreditación de la jurisdicción de esta Corte Internacional en la legislación nacional. La declaración del CMI reconoce que la religión influye cada vez más en los procesos socio políticos y que la religión muchas veces ha contribuido a la represión de los derechos humanos. "Los poderes tienden a apelar cada vez más a las iglesias y otros grupos religiosos en apoyo de objetivos nacionales raciales, étnicos, en apoyo a la legislación discriminatoria que consagra la intolerancia religiosa". El CMI enfatiza la universalidad del evangelio, condena cualquier tipo de proselitismo religiosos y coloca en un lugar central la libertad religiosa en los derechos humanos fundamentales. Los cristianos por sí solos no consiguen resolver las violaciones de los derechos humanos en busca de la justicia. El CMI apunta a esfuerzos colectivos interconfesionales para explorar valores y tradiciones", que trascienden los límites religiosos culturales en interés de la justicia y de la paz en la sociedad. En la perspectiva de futuro que ese organismo ecuménico vislumbra aparecen las comunidades sustentables . "Nuestra visión de una economía justa y moral nos hace responsables de construir y propiciar economías que coloquen en primer plano a las personas y el medio ambiente. Somos miembros unos de otros y cuando uno sufre, todos sienten dolor. Esta es la responsabilidad que nosotros, como cristianos, asumimos para asegurar los derechos de cada persona", concluye el mensaje.
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