Consejo Mundial de Iglesias
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PRESENTAN DESAFÍOS MÁS ALLÁ DEL DECENIO |
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En su quinto día, la 8va Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) dedicó una sesión para escuchar las voces de las mujeres que previo a la Asamblea celebraron el Festival que puso fin al Decenio, un proyecto lanzado en el año 1987. El Metropolitano Ambrosius, uno de los hombres invitado a hacer una presentación durante la sesión dedicada al tema de las mujeres, recalcó la importancia del Decenio para el CMI y sus iglesias miembros. "En muchos de lugares, las mujeres siguen siendo invisibles e ignoradas, a pesar de que la comunidad de la Iglesia debería ser siempre, la comunidad de mujeres y hombres (...). La iglesia debe ser fuente de liberación para hombres y mujeres por igual porque todos hemos sido creados a imagen de Dios", añadió. Reconoció las "dudas y reservas" originadas al principio de la Década en muchas iglesias de corte conservador. "Gradualmente fuimos reconociendo que no se trataba de un movimiento feminista -aunque también esto es necesario- sino algo que atañe a toda la iglesia, su propia comprensión y naturaleza eclesial. Para nosotros, el trabajo del Decenio no ha sido una amenaza, sino un método de acción positivo utilizado por nuestras iglesias", expresó. Uno de los conflictos fundamentales entre las iglesias ortodoxas y el CMI, es el hecho de que los ortodoxos no aceptan el lenguaje inclusivo, ni la ordenación de las mujeres. Ambos han sido reclamos esenciales de las mujeres dentro de la década. Durante la presentación, la mujeres expusieron algunos de los problemas que enfrentan y que generan la violencia. La situación de la mujeres dalits de la India, que sufren el impacto de una sociedad patriarcal y dividida en castas, fue uno de los testimonios presentados. "La mujer dalit es tres veces oprimida: por ser pobre, dalit y mujer, lo que la convierte en la peor víctima de una violencia derivada de la interrelación de clase, casta y sexo. Quisiera que hoy recordáramos a los millones de hermanas dalit que cada día son víctimas de distintos tipos de violencia", expresó la Rev. Deenabandhu Manchala, de la India. Durante la sesión, también se presentaron otras luchas que las mujeres enfrentan en sus diferentes contextos, como es el caso del racismo, la invisibilidad y la exclusión de la minorías raciales, las mujeres migrantes a indígenas. Por su parte, la Rev. Bertrice Y. Wood, de la Iglesia Unida de Cristo, en los EUA y una de las moderadoras del equipo que preparó el decenio, hizo un llamado al movimiento ecuménico y las iglesias a seguir apoyando el liderazgo de las mujeres. Al mismo tiempo, instó a las iglesias a dar el valiente paso de declarar la violencia contra las mujeres, la que calificó como pecado. Durante la discusión en el plenario el Padre Vsevolod Chaplin de la Iglesia Ortodoxa Rusa expresó su solidaridad con las mujeres, pero al mismo tiempo criticó fuertemente el uso de los problemas de las mujeres para "apoyar una Teología Feminista Radical". El Padre Chaplin añadió: "La ordenación de las mujeres y el uso del lenguaje inclusivo, que veo como blasfemia, son razones por las que la unidad no se podrá realizar. El CMI no debería presentar esos temas como agenda común para todos los cristianos del mundo". Acto seguido varias mujeres reaccionaron, entre ellas la Dra. Abuom de la Iglesia Anglicana de Kenya quien retó al CMI a escuchar las preocupaciones y esperanzas de las mujeres. "Esta no es una agenda impuesta por el CMI, sino el reclamo de las mujeres. La Sra. Anne Glymn-McKoul, ortodoxa de Estados Unidos expresó su identificación con muchos de los problemas tratados en el Festival pero manifestó su desacuerdo con el documento final por "no representar el consensus de las participantes".
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