El informe de 30 páginas, constó de dos partes, en primer lugar evaluó las principales áreas de trabajo del CMI durante los últimos 7 años y en segundo lugar planteó una mirada crítica a la organización y la necesidad de renovar el compromiso.

En sus palabras, dirigidas a más de 900 delegados, representantes de diversas tradiciones cristianas en el mundo, el Moderador enfatizó la crisis de las iglesias ortodoxas dentro del CMI, uno de los problemas fundamentales que se tratará en el transcurso de la Asamblea y destacó el papel desempeñado por estas iglesias en la "formación y expansión del CMI", así como su contribución al pensamiento y espiritualidad ecuménica.

Su Santidad, también reconoció varios factores que impiden la integración plena de las iglesias ortodoxas, como es el caso de algunas tendencias y prácticas del CMI incompatibles con la tradición ortodoxa, la situación minoritaria que tienen dentro de la organización, así como la idiosincrasia y el tipo de actividades que el CMI desarrolla las cuales calificó como "protestantes y occidentales".

"La situación es realmente crítica", expresó el Moderador Católicos Aram I, quien mencionó también la posible reivindicación ortodoxa siempre y cuando el Consejo explore nuevas formas de representación, participación y toma de decisiones que les permita salir de su situación minoritaria y asumir un papel más activo en todos los aspectos del Consejo.

"La frustración ortodoxa debe verse a la luz de su compromiso con el movimiento ecuménico. Criticar al CMI no es antiecuménico (...). Algunas de nuestras iglesias miembros ortodoxas no están con nosotros en esta Asamblea. Estoy seguro de que todos nos damos cuenta de que hay realmente un problema y que no se trata de un problema ortodoxo sino fundamentalmente de un problema ecuménico", añadió el Moderador.

Por otro parte, llamó a la Asamblea a "redefinir y reformular" su compromiso con la justicia. Recordó el significativo hecho de celebrar tanto el cincuentenario del Consejo Mundial de Iglesias como el de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En medio de la mundialización, la falta de libertad religiosa que viven tantos países, el resurgimiento del nacionalismo étnico, la violación de los derechos humanos y otros múltiples problemas que se enfrentan a diario en el planeta, Su Santidad hizo un llamado a desarrollar una ética mundial, la cultura de la no-violencia y respeto por los derechos humanos.

"La iglesia debe elevarse por encima del cautiverio institucional y hacerse iglesia para otros. Y juntos somos la iglesia, la iglesia del pueblo, juntos realizamos nuestra vocación", añadió. Una referencia especial hizo el Moderador en lo referente al tema de la juventud y su participación. "Creo firmemente que el futuro del Movimiento Ecuménico está en los jóvenes comprometidos y visionarios, no en las estructuras ni los programas", expresó Su Santidad.

Por su parte, el Dr. Konrad Raiser, Secretario General de la organización, quien también presentó el su informe en la tarde de hoy recordó los inicios del Consejo Mundial de Iglesias, las bases que lo formaron, así como el contexto político, económico y social en que se estableció.

Al mismo tiempo, destacó "percibir señales de incertidumbre en el futuro del Movimiento como un todo".

"Estamos aparentemente en una encrucijada", expresó. Por otro lado, mencionó el documento "Hacia un Entendimiento y una Visión Comunes", (EVC), resultado de un estudio que se inició desde la Asa.

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