Informe oficial de la Octava Asamblea
Estamos inspirados por la visión de una iglesia
Estamos estimulados por la visión de una iglesia
Estamos interpelados por la visión de una iglesia,
Caminamos juntos como pueblo que tiene fe en la resurrección.
Caminamos juntos como pueblo en oración.
Tenemos esperanza en la curación de la comunidad humana,
Creemos en el poder liberador del perdón,
Aspiramos a una cultura del diálogo y la solidaridad,
Y asumimos este compromiso:
Queremos permanecer juntos y estamos impacientes por avanzar juntos hacia la unidad.
Afirmamos que lo que nos une es más fuerte que lo que nos separa.
En este cincuentenario, renovamos nuestro compromiso de fortalecer el Consejo Mundial de
Iglesias,
Jesucristo, que nos ha llamado a ser uno, está en medio de nosotros!
Cristianos y cristianas de todas las partes del mundo, reconocemos con gratitud
que el Dios Trino ha unido aún más a nuestras
iglesias
en la fe y la vida, el testimonio y el
servicio.
Celebramos el 50 aniversario del Consejo Mundial de Iglesias,
"una comunidad de iglesias que confiesan al Señor
Jesucristo como Dios y Salvador
según el testimonio de las Escrituras,
y procuran responder juntas a su vocación
común,
para gloria del Dios único, Padre, Hijo y
Espíritu Santo".
Al recibir el legado de los que nos han precedido:
Estamos inspirados por la visión de una iglesia
que reúne a todos los seres humanos en comunión
con Dios y unos con otros,
que comparte un solo bautismo,
celebra una sola santa comunión,
y reconoce un Ministerio común.
que expresa su unidad confesando la fe
apostólica,
viviendo en una comunidad conciliar,
actuando con un sentido de responsabilidad
recíproca.
que llega a todos y a cada uno,
que comparte,
está al servicio de todos,
proclama la buena nueva de la redención de
Dios,
y es al mismo tiempo signo del reino y sierva del
mundo.
pueblo de Dios que avanza por el camino,
que enfrenta todas las divisiones de raza,
género, edad y cultura,
que lucha por la consecución de la justicia y la
paz,
y por la integridad de la
creación.
Reafirmando que nuestro cometido aquí y hoy es
encarnar la visión de lo que el pueblo de Dios está llamado a ser:Caminamos juntos como pueblo liberado por el perdón de Dios.
En medio del quebrantamiento del mundo,
proclamamos la buena nueva de la reconciliación,
la curación y la justicia en Cristo.
En medio de la exclusión y la desesperanza,
creemos, con alegría y esperanza, en la promesa
de la plenitud de vida.
En medio de la desorientación y de la pérdida de
identidad,
discernimos signos del cumplimiento del designio
de Dios
y esperamos la venida de su
Reino.
Por ello, hacemos nuestra esta visión del
Movimiento Ecuménico:Anhelamos la unidad visible del cuerpo de Cristo,
que afirma los dones de todos,
jóvenes y ancianos, mujeres y hombres, laicos y
ordenados.
a plenitud de toda la creación de Dios.
que transforma la hostilidad en amistad
y rompe la espiral de la violencia.
a compartir la vida con los extranjeros
y a buscar el encuentro con los creyentes de
otras religiones.
Respondemos a la oración de Jesucristo
de que todos sean uno para que el mundo crea
(Juan 17:21).
Nos apoyamos en la seguridad de que
en el designio de Dios todas las cosas estarán
unidas en Cristo
lo que está en los cielos y lo que está en la
tierra (Efesios 1:10).
Ni los fracasos ni las incertidumbres
ni el miedo ni las amenazas
harán decaer nuestra voluntad de avanzar juntos
hacia la unidad,
d
e acoger a todos los que deseen unirse a nosotros en esa peregrinación,
d
e ampliar nuestra visión común,
y
de descubrir nuevas formas de dar testimonio y de actuar juntos en la fe.
Como una verdadera comunidad ecuménica,
a fin de que pueda cumplir los objetivos para los
que fue fundado,
para gloria del Dios Trino.
Oración
Dios de unidad, Dios de amor,
que lo que decimos con nuestros labios se enraíce
en nuestro corazón,
y que lo que afirmamos con nuestro pensamiento se
encarne en nuestra vida.
Envíanos tu Espíritu
p
ara orar en nosotros lo que no nos atrevemos a orar,
p
ara exigir de nosotros mucho más de lo que nos exigimos a nosotros mismos,
p
ara interpelarnos cuando nos sintamos tentados a seguir nuestro propio camino.
Condúcenos hacia el mañana,
condúcenos juntos,
condúcenos hacia el cumplimiento de tu
voluntad,
la voluntad de Jesucristo, nuestro Señor,
Amén.
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