octava asamblea y 50 aniversario
Juntos en Camino
1.1. Las tareas de la Octava Asamblea

Una asamblea capaz de reunir a 4500 personas de practicamente todo el mundo debe comenzar a organizarse con suficiente tiempo y con mucho detalle. Como ya señalamos, apenas tres años después de haberse realizado la Séptima Asamblea en Canberra, Australia, el Comité Central fijó la sede de la próxima asamblea en Harare. En esa oportunidad también eligió de entre sus miembros a los 21 integrantes del Comité de Planificación de la Asamblea. Este comité fue presidido por el obispo Jonas Jonson, de la Iglesia de Suecia, y se reunió en cuatro oportunidades para llevar adelante su labor.

El tema central de la asamblea también fue elegido con suficiente antelación como para permitir una buena reflexión teológica previa, la preparación de estudios bíblicos y materiales para ser utilizados por las iglesias miembros y los delegados a la asamblea y el trabajo del Comité de Cultos.


Este comité estuvo integrado por 19 personas, y trabajó en colaboración con el Comité de Planificación para preparar los materiales litúrgicos que fueron utilizados en los cultos diarios y los cultos especiales durante la asamblea.

El trabajo de los comités locales fue muy valioso. Con la coordinación general del Consejo de Iglesias de Zimbabwe, presidido por el Rev. Enos Chomutiri, alrededor de 100 líderes de iglesias participaron en la organización local de la asamblea. Este Consejo tiene 21 iglesias miembros, 9 entidades que son miembros asociados y una iglesia con categoría de observadora, la Iglesia Católica Romana. Sólo tres de las iglesias miembros de este Consejo son a su vez miembros del Consejo Mundial de Iglesias.

La oficina de la asamblea, que tuvo su sede en la Casa de la Biblia en Harare, estuvo bajo la responsabilidad de Rosemary Siyachitema, una mujer que estudió en escuelas de iglesia y se graduó en administración pública y economía del desarrollo en Bostwana y Gales, respectivamente. Desde mediados de 1995, esta mujer que era asistente del secretario general del Consejo de Iglesias de Zimbabwe, tuvo la ardua tarea de llevar adelante el plan de acción para la realización de la asamblea, que incluyó la puesta en marcha de estructuras y comités, de un sistema de financiación y recibir las visitas de directivos del CMI para conocer los preparativos. La sra. Siyachitema contó con la colaboración de unos 100 voluntarios locales que integraron distintos grupos de trabajo para que ningún detalle quedara sin ser contemplado.

Las asambleas del CMI cumplen con tres tareas fundamentales. En primer lugar, por ser la reunión más significativa de iglesias miembros del CMI, la asamblea es una ocasión pública para celebrar y reafirmar el compromiso mutuo que las iglesias han realizado a través de su participación en el CMI. En segundo lugar, en la asamblea las iglesias reciben un informe de todo el trabajo que el CMI ha realizado en colaboración con ellas y en su nombre desde la asamblea anterior, celebrada sieta años atrás. Tercero, la asamblea es constituionalmente el órgano de decisión y de gobierno más alto dentro del CMI y, por lo tanto, es el que fija su política de trabajo y los programas que se desarrollarán durante los próximos siete años. Además, elige de entre sus miembros a los 150 integrantes del Comité Central, quienes asumen la tarea de supervisar el cumplimiento de este mandato, y a los 8 co-presidentes del CMI, un cargo honorífico que es ejercido por distinguidas personalidades de del mundo ecuménico.


1.2: Los participantes

Indice: Octava Asamblea y 50 aniversario



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