consejo mundial de iglesias

Juntos en el camino
Informe oficial de la Octava Asamblea

4.5. HACIA UN ENTENDIMIENTO Y UNA VISIÓN COMUNES

Tras cincuenta años de vida en común, las iglesias del CMI decidieron reflexionar juntas acerca de la visión ecuménica, teniendo en cuenta la evolución en esos años a nivel de la iglesia y la sociedad. A ese respecto, el Comité Central del CMI aprobó una declaración normativa titulada "Hacia un Entendimiento y una Visión Comunes del Consejo Mundial de Iglesias" (EVC), que, a modo de "carta ecuménica" para el siglo XXI, fue encomendada a examen y decisión de las iglesias miembros y las organizaciones ecuménicas en septiembre de 1997, como "oportunidad para que las iglesias miembros reafirmen su vocación ecuménica y formulen de forma más clara su entendimiento común del CMI".
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EVC - Consecuencias constitucionales
Consecuencias de la Declaración normativa: Propuestas más amplias relativas a los cambioso institucionales

El documento EVC fue debatido en la Asamblea en el marco de dos plenarias deliberativas; George Tsetsis y Marion Best hicieron dos presentaciones a ese respecto para inaugurar la segunda de esas sesiones, que se centró en las consecuencias constitucionales e institucionales de la Declaración. Seguidamente, el texto fue examinado por el Comité de Examen I, que recomendó que la Asamblea lo recibiera "con gratitud", recomendación que fue aprobada ulteriormente.

HACIA UN ENTENDIMIENTO Y UNA VISIÓN COMUNES DEL CMI: CONSECUENCIAS CONSTITUCIONALES
Georges Tsetsis

Tras las introducciones a la orientación general del documento "Hacia un Entendimiento y una Visión Comunes del Consejo Mundial de Iglesias" (EVC) y a "Nuestra visión ecuménica" presentadas en la última sesión, y tras haber participado en el ulterior debate, ha llegado el momento de reflexionar sobre las consecuencias, constitucionales y prácticas, de este documento para la vida cotidiana del Consejo Mundial de Iglesias.

Antes de entrar de lleno en el tema, conviene precisar que desde los comienzos, y en el centro mismo del proceso de reflexión común de las iglesias, estaba la cuestión siguiente: ¿A quién incumbe promover la unidad de los cristianos? ¿Incumbe al CMI en tanto que institución, como se estipula en el artículo III de su Constitución en vigor? ¿O es tarea de las propias iglesias miembros, esas iglesias que, al crear un espacio en el CMI, se exhortan mutuamente a alcanzar la unidad visible en una sola fe y una sola comunión eucarística... y a avanzar hacia la unidad para que el mundo crea?

La cuestión siguiente era saber cuáles serían los objetivos y funciones del CMI, incluso, qué papel desempeñarían sus iglesias miembros en el seno de esta "comunidad de iglesias" que constituye el CMI, colaborando al mismo tiempo con otros partícipes del único Movimiento Ecuménico.

Sobre la base de esas dos cuestiones, el Comité Central saliente emprendió la tarea de armonizar la Constitución del CMI en consonancia con el espíritu y las orientaciones del documento normativo; de ahí las propuestas que se presentan a continuación.

1. Propuesta de enmiendas constitucionales
Artículo III: Objetivos y funciones. La primera enmienda propuesta se refiere al artículo III de la Constitución, que aborda los objetivos y las funciones del CMI. De hecho, hace tres años, y tras la primera lectura del documento "Hacia un Entendimiento y una Visión comunes del CMI (EVC)", ya se propusieron enmiendas constitucionales, concretadas posteriormente con ocasión de la 48a reunión del Comité Central del CMI en septiembre de 1997, a la luz de las observaciones formuladas por las iglesias miembros.

Las enmiendas propuestas por el Comité Central figuran en la página 135 de laGuía de trabajo de la Asamblea; los cambios figuran en negrilla paralelamente al texto actual de la Constitución. Como ustedes observarán, en el artículo propuesto cambian radicalmente los objetivos y las funciones asignadas al CMI. De ahora en adelante, ya no es el Consejo el que exhorta a las iglesias a alcanzar la unidad visible; por el contrario, son las propias iglesias las que utilizan la plataforma que ofrece el CMI a fin de promover la unidad y de trabajar juntas en aras de los objetivos para los que fundaron el Consejo. En el artículo enmendado se precisa, en particular, que el CMI es el heredero y el continuador de los movimientos mundiales que lo precedieron, a saber, Fe y Constitución, Vida y Acción, el Consejo Misionero Internacional y el Consejo Mundial de Educación Cristiana. También se destaca que "a fin de consolidar el único Movimiento Ecuménico", el CMI debe promover las relaciones con iglesias no miembros así como con las organizaciones ecuménicas a nivel local, regional e internacional.

Las otras enmiendas de la Constitución conciernen el artículo V, Organización, y se refieren específicamente a los puntos siguientes:
a) página 138: la función de la Asamblea por lo que respecta a la determinación de la política general del CMI (enmienda que consiste en añadir una sola palabra al apartado c) del párrafo 1 del artículo V) y
b) página 138: la función del Comité Central por lo que respecta a:

  • la forma de elección de los presidentes del CMI (inciso 1 del apartado c) del párrafo 2 del artículo V) que, según la enmienda propuesta, ya no incumbirá a la Asamblea sino al Comité Central (conviene subrayar que esta enmienda implica modificaciones menores en los incisos 1 del apartado c) y 2 del apartado b) del artículo V
  • la forma de elección de las comisiones del CMI (inciso 4 del apartado c) del párrafo 2 del artículo V), elección que pasa ahora a formar parte de las prerrogativas del Comité Central
  • el desarrollo de los programas y las actividades del CMI (inciso 5 del apartado c) del párrafo 2 del artículo V) sobre la base de las prioridades establecidas por la Asamblea.

    2. Enmiendas al Reglamento propuestas por el Comité Central
    Paralelamente a las enmiendas a la Constitución, el Comité Central somete a la atención de la Asamblea una serie de modificaciones del Reglamento del CMI a fin de que sea compatible con las nuevas disposiciones de la Constitución (en caso de ser aprobadas). Conviene destacar que esas enmiendas reflejan también las disposiciones ya tomadas por el Comité Central con objeto de poner de relieve las orientaciones generales preconizadas en el documento "Hacia un Entendimiento y una Visión Comunes del CMI" (EVC) en las estructuras de trabajo del CMI. Esas enmiendas, que aparecen en bastardilla, figuran también en la Guía de trabajo de la Asamblea, a saber:

  • en las páginas 142-143 figuran los cambios por lo que respecta a los criterios para las candidaturas, los miembros asociados del CMI así como las obligaciones financieras de las iglesias miembros con el CMI;
  • en la página 151, modificación relativa a la función del Comité de Candidaturas del Comité Central en la elección de los presidentes del CMI;
  • en la página 152, modificación relativa a las funciones del Comité Central en la elección del Comité de Programa;
  • también en la página 152, modificación relativa a la determinación de las prioridades y las orientaciones del CMI.

    3. Procedimiento
    Antes de concluir, quiero informarles que, de conformidad con el Reglamento, esas enmiendas han sido debidamente notificadas a todas las iglesias miembros, y que la Secretaría General no ha recibido observación alguna por lo que respecta al contenido y la naturaleza de las enmiendas en los plazos previstos por la Constitución del CMI, a saber, seis meses antes de la fecha de celebración de la Asamblea.

    Se invita cordialmente a todos los participantes en la Asamblea a formular las observaciones que consideren apropiadas acerca de las enmiendas propuestas. Sus comentarios y sugerencias se presentarán a estudio del Comité de Examen I de la Asamblea, al que incumbe la tarea de elaborar el texto definitivo que les será presentado ulteriormente para aprobación.


    CONSECUENCIAS DE LA DECLARACIÓN NORMATIVA: PROPUESTAS MÁS AMPLIAS RELATIVAS A LOS CAMBIOS INSTITUCIONALES
    Marion Best

    En su análisis de las respuestas recibidas en relación con el proceso EVC, publicado en el número de julio de The Ecumenical Review, Peter Lodberg concluye subrayando que "el Comité Central tuvo que aprobar un texto de tono conservador y mesurado que por sí mismo no dará lugar a cambios fundamentales en la vida y el futuro inmediato del CMI", añadiendo inmediatamente después, y con razón, que "el Comité Central hizo lo único que podía hacer para estar en consonancia con las iglesias".1

    En el prefacio del documento EVC, el Comité Central explica que, al aprobar este texto, no se arroga la autoridad para tener la última palabra sobre el CMI y el Movimiento Ecuménico. Antes bien, el Comité Central reconoce que "parte de la esencia de la comunidad que las iglesias forman en el Movimiento Ecuménico es continuar debatiéndose con esas diferencias en un espíritu de comprensión mutua, de compromiso y de responsabilidad."2

    Como consecuencia del proceso de reflexión, las iglesias y las organizaciones ecuménicas se debaten hoy con una serie de puntos específicos por lo que respecta al actual perfil institucional del CMI. Las discusiones en torno a cuestiones relativas a la declaración normativa EVC, de las que se da cuenta en los informes del Moderador y del Secretario General a esta Asamblea, ponen claramente en evidencia la necesidad de continuar ese debate. A ese respecto, muchos piensan inmediatamente en las iglesias ortodoxas (calcedonias) y en la reunión de Tesalónica del pasado mes de mayo. Ahora bien, tampoco deben olvidarse las propuestas y recomendaciones concretas como las recientemente formuladas por las iglesias nórdicas en la Conferencia de Lambeth o por comuniones cristianas mundiales; y cabe esperar otras tantas.

    Así pues, estamos adentrándonos en la importante fase de las consecuencias institucionales de la declaración normativa. ¿Cuáles son los principales ámbitos que requieren atención? ¿Cuáles son las aspiraciones de las iglesias por lo que respecta al futuro perfil institucional del CMI?

    Me gustaría referirme a una serie de esferas que requerirán mayor atención en el curso de los próximos años. Qué duda cabe que los resultados de este esfuerzo colectivo pueden influenciar decisivamente e incluso remodelar la actual estructura del CMI y es evidente que la Asamblea es el órgano más apropiado para dar las instrucciones y orientaciones necesarias en esa tarea.

    a) Composición del CMI -- Criterios para la condición de miembro. En el centro del proceso de reflexión estaba el entendimiento de lo que significa ser miembro del Consejo.3 Las enmiendas propuestas al Reglamento son un resultado concreto de ese proceso y reflejan una nueva concepción de la condición de miembro del CMI. Sin embargo, parecería que el debate sigue abierto. La cuestión que se plantea con frecuencia es si existen formas alternativas de ser miembro o de participar en el CMI que permitan apoyar a las iglesias en sus esfuerzos para "ser iglesias", en lugar de centrar su atención en los vínculos orgánicos con una organización ecuménica. En los aportes de las iglesias al proceso de reflexión se han formulado propuestas respecto al actual entendimiento de la condición de miembro; algunos abogan firmemente en favor de la participación y no de la condición de miembro, otros apuntan a la necesidad de reexaminar la condición de miembro para incluir a la Iglesia Católica Romana; sin embargo, otros exhortan a una reflexión común que nos lleve a una solución "más allá de la condición de miembro". A su vez, algunas iglesias se preguntan si el carácter puramente formal de los criterios para la condición de miembro es apropiado para una "comunidad de iglesias".

    b) Cuestiones que preocupan a los ortodoxos. Entre las iglesias que plantean cuestiones fundamentales en relación con la pertenencia al CMI están las iglesias ortodoxas. ¿Debe la condición de miembro entenderse únicamente como un acuerdo institucional con derechos y responsabilidades? ¿No deberían las iglesias miembros reexaminar las actuales formas de representación en el CMI, considerando la posibilidad de una participación que permita una contribución cualitativa a la comunidad y que tenga en cuenta criterios eclesiológicos antes que reglamentos y disposiciones estructurales? En relación con esas cuestiones, los ortodoxos han expresado su preocupación por los actuales modelos de toma de decisiones, preocupación a la que se han sumado otras muchas iglesias miembros, en particular las iglesias miembros del Sur. Lo que se propone es estudiar formas de adoptar un procedimiento de toma de decisiones por consenso, a saber, sin votación por mayoría, lo que plasmaría mejor el espíritu de comunidad y permitiría la elaboración de un programa aceptado por todos.

    Habida cuenta de estos importantes puntos, las iglesias ortodoxas han pedido la formación de una comisión tras la Asamblea para examinar la "participación de los ortodoxos en el Movimiento Ecuménico y una reestructuración radical del CMI."4 Esta recomendación fue ratificada por el Comité Ejecutivo en su reunión de Amersfoort (septiembre de 1998) y ahora se somete a examen y decisión de la Asamblea.

    c) Modelos de consejo. Es evidente que toda propuesta de "reestructuración" del CMI apunta a la necesidad de examinar detenidamente la historia del Movimiento Ecuménico y la reciente evolución del ecumenismo institucional en los planos regional y nacional. Al repasar la historia del CMI se descubre que se había considerado seriamente la posibilidad de un modelo de organización basado en las "familias confesionales", modelo que se descartó en aras de la actual estructura del CMI basada en la representación por iglesias nacionales. Por consiguiente, convendría reflexionar sobre las razones que en esa fecha indujeron a la adopción de la actual estructura y sobre la pertinencia actual de la misma. En torno a esa misma cuestión también han tenido lugar debates en el marco del Grupo Mixto de Trabajo entre la ICR y el CMI así como en el marco de los debates sobre las iglesias y las relaciones ecuménicas. ¿No sería esencial estudiar de nuevo los resultados de esos debates? Mientras tanto, algunas organizaciones ecuménicas han sentido a su vez la necesidad de reevaluarse y reestructurarse. Por citar sólo unos pocos ejemplos, el Consejo de Iglesias del Oriente Medio optó por un modelo basado en "familias de iglesias", incluyendo entre sus miembros a la Iglesia Católica Romana; las iglesias de Gran Bretaña e Irlanda se decidieron por el modelo "Asociación de Iglesias"; las iglesias canadienses han formado "coaliciones ecuménicas" y han optado por la constitución de un foro. Por otro lado, sería conveniente recordar los debates en curso y las experiencias de los "consejos de iglesias" o de "consejos de consejos".

    El fomento de la participación y la representación de las iglesias en las organizaciones ecuménicas así como la promoción de las relaciones entre iglesias y organizaciones ecuménicas en el marco del "único Movimiento Ecuménico" parecen ser el principal hilo conductor de este debate en torno a distintos modelos de organizaciones ecuménicas. ¿Qué contribución específica podría aportar el CMI al debate? ¿Podría el CMI aprender de otras experiencias? ¿Qué pasos son necesarios para emprender seriamente la tarea de hacer que las estructuras institucionales del CMI sirvan y reflejen mejor la realidad de esa "comunidad de iglesias"?

    d) Relaciones con las Organizaciones Ecuménicas Regionales (OER) y las Comuniones Cristianas Mundiales (CCM). La posibilidad de representación y participación en las estructuras del CMI y en sus procesos de planificación programática y de toma de decisiones también ha sido planteada por interlocutores ecuménicos como las OER y las CCM. ¿Cómo traducir el deseo de promover las relaciones con todos los partícipes del Movimiento Ecuménico en formas concretas de cooperación estructural?5 ¿De qué forma podría implicarse más directamente a las OER y las CCM en las estructuras de los órganos decisorios del CMI? ¿Es momento de emprender un proceso de reflexión sobre la posibilidad de una nueva configuración en la que se vinculen más directamente las expresiones estructurales mundiales y regionales del Movimiento Ecuménico?

    Esas preguntas apuntan al hecho de que parte del "programa inconcluso" del EVC es profundizar en toda la esfera de las relaciones con los copartícipes del único Movimiento Ecuménico.

    e) Foro de iglesias cristianas y organizaciones ecuménicas. Hoy se invita a todas las iglesias y organizaciones ecuménicas a reflexionar sobre la reorientación de su labor y a evaluar juntas qué instrumentos serían necesarios en el futuro para estar al servicio del "único Movimiento Ecuménico". El concepto de foro de iglesias y organizaciones ecuménicas fue propuesto como una de las formas en que los partícipes del Movimiento Ecuménico, estructuralmente relacionados con el CMI o no, podrían reunirse a efectos de diálogo y cooperación. Esta propuesta surgió en el curso de una consulta que tuvo lugar en Bossey en agosto de 1998, tras un proceso de consultas con la participación de iglesias, organizaciones ecuménicas, familias confesionales y asociaciones ecuménicas.

    El objetivo del Foro propuesto es contribuir a promover relaciones más estrechas, más inclusivas y conceder atención prioritaria a cuestiones relativas a la unidad de los cristianos y el testimonio común con objeto de intercambiar puntos de vista e información y de establecer una orientación común. Todos los que contribuyeron a la formulación de esta propuesta eran plenamente conscientes de que el Foro no podía ser una nueva organización con su propia administración ni aspirar a establecer sus propias directrices; antes bien, debía ser flexible y abierto y depender del menor número posible de reglamentos y estructuras. El Consejo Mundial de Iglesias sería uno de los copartícipes y no el organizador del Foro. El objetivo no es que el CMI pase a ser el Foro.

    El Foro se concibe como una reunión ocasional en cuyo marco se celebraría el culto y se estudiarían cuestiones de interés para los cristianos con miras a llegar a un entendimiento mutuo antes que como una oportunidad para tomar decisiones e iniciativas programáticas o para elaborar documentos. Esta propuesta se presentará a las iglesias miembros y a las organizaciones ecuménicas para examen y observaciones. Estamos en una etapa muy temprana de la propuesta por lo que lo que podría hacer esta Asamblea es exhortar al CMI a continuar el proceso de consultas con todos los organismos ecuménicos concernidos.

    Cedo, pues, la palabra a todos ustedes para que expongan sus puntos de vista. También los invito a presentar sus observaciones por escrito al Comité de Examen I cuya labor consiste en examinar detenidamente todas las contribuciones que se presenten en el curso de la Asamblea y dar orientación para que la Asamblea tome las decisiones apropiadas.

    1. Peter Lodberg, "Common Understanding and Vision: An Analysis of the Responses to the Process", en The Ecumenical Review 50 (1998), 3, págs 268-277.
    2. Prefacio al documento EVC, en Guía de Trabajo de la Asamblea, pág. 110.
    3. Documento EVC, punto 3.7, en Guía de Trabajo de la Asamblea; págs. 121 y 122.
    4. Evaluación de New Facts in the Relations of Orthodoxy and the Ecumenical Movement, Tesalónica, Grecia, 29 de abril-2 de mayo de 1998, en Orthodox Reflections on the Way to Harare, edición a cargo de Thomas Fitzgerald y Peter Bouteneff, CMI: Ginebra, 1998, págs 136-138.
    5. Documento EVC, capítulo 4, Guía de Trabajo de la Asamblea, págs 126-129.


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