
Informe oficial de la Octava Asamblea
| Tras cincuenta años de vida en común, las iglesias del CMI decidieron reflexionar juntas acerca de la visión ecuménica, teniendo en cuenta la evolución en esos años a nivel de la iglesia y la sociedad. A ese respecto, el Comité Central del CMI aprobó una declaración normativa titulada "Hacia un Entendimiento y una Visión Comunes del Consejo Mundial de Iglesias" (EVC), que, a modo de "carta ecuménica" para el siglo XXI, fue encomendada a examen y decisión de las iglesias miembros y las organizaciones ecuménicas en septiembre de 1997, como "oportunidad para que las iglesias miembros reafirmen su vocación ecuménica y formulen de forma más clara su entendimiento común del CMI". | Pulsen abajo para leer los capítulos siguientes: 
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Antes de entrar de lleno en el tema, conviene precisar que desde los comienzos, y en el centro 
mismo del proceso de reflexión común de las iglesias, estaba la cuestión siguiente: ¿A quién 
incumbe promover la unidad de los cristianos? ¿Incumbe al CMI en tanto que institución, como se 
estipula en el artículo III de su Constitución en vigor? ¿O es tarea de las propias iglesias 
miembros, esas iglesias que, al crear un espacio en el CMI, se exhortan mutuamente a alcanzar la 
unidad visible en una sola fe y una sola comunión eucarística... y a avanzar hacia la unidad para 
que el mundo crea? 
La cuestión siguiente era saber cuáles serían los objetivos y funciones del CMI, incluso, qué 
papel desempeñarían sus iglesias miembros en el seno de esta "comunidad de iglesias" que 
constituye el CMI, colaborando al mismo tiempo con otros partícipes del único Movimiento 
Ecuménico. 
Sobre la base de esas dos cuestiones, el Comité Central saliente emprendió la tarea de armonizar 
la Constitución del CMI en consonancia con el espíritu y las orientaciones del documento 
normativo; de ahí las propuestas que se presentan a continuación. 
1. Propuesta de enmiendas constitucionales 
Las enmiendas propuestas por el Comité Central figuran en la página 135 de laGuía de trabajo 
de la Asamblea; los cambios figuran en negrilla paralelamente al texto actual de la 
Constitución. Como ustedes observarán, en el artículo propuesto cambian radicalmente los 
objetivos y las funciones asignadas al CMI. De ahora en adelante, ya no es el Consejo el que 
exhorta a las iglesias a alcanzar la unidad visible; por el contrario, son las propias iglesias 
las que utilizan la plataforma que ofrece el CMI a fin de promover la unidad y de trabajar juntas 
en aras de los objetivos para los que fundaron el Consejo. En el artículo enmendado se precisa, 
en particular, que el CMI es el heredero y el continuador de los movimientos mundiales que lo 
precedieron, a saber, Fe y Constitución, Vida y Acción, el Consejo Misionero Internacional y el 
Consejo Mundial de Educación Cristiana. También se destaca que "a fin de consolidar el único 
Movimiento Ecuménico", el CMI debe promover las relaciones con iglesias no miembros así como con 
las organizaciones ecuménicas a nivel local, regional e internacional. 
Las otras enmiendas de la Constitución conciernen el artículo V, Organización, y se 
refieren específicamente a los puntos siguientes: 
2. Enmiendas al Reglamento propuestas por el Comité Central 
3. Procedimiento 
Se invita cordialmente a todos los participantes en la Asamblea a formular las observaciones que 
consideren apropiadas acerca de las enmiendas propuestas. Sus comentarios y sugerencias se 
presentarán a estudio del Comité de Examen I de la Asamblea, al que incumbe la tarea de elaborar 
el texto definitivo que les será presentado ulteriormente para aprobación. 
En el prefacio del documento EVC, el Comité Central explica que, al 
aprobar este texto, no se arroga la autoridad para tener la última palabra sobre el CMI y el 
Movimiento Ecuménico. Antes bien, el Comité Central reconoce que "parte de la esencia de la 
comunidad que las iglesias forman en el Movimiento Ecuménico es continuar debatiéndose con esas 
diferencias en un espíritu de comprensión mutua, de compromiso y de responsabilidad."2 
Como consecuencia del proceso de reflexión, las iglesias y las 
organizaciones ecuménicas se debaten hoy con una serie de puntos específicos por lo que respecta 
al actual perfil institucional del CMI. Las discusiones en torno a cuestiones relativas a la 
declaración normativa EVC, de las que se da cuenta en los informes del Moderador y del Secretario 
General a esta Asamblea, ponen claramente en evidencia la necesidad de continuar ese debate. A 
ese respecto, muchos piensan inmediatamente en las iglesias ortodoxas (calcedonias) y en la 
reunión de Tesalónica del pasado mes de mayo. Ahora bien, tampoco deben olvidarse las propuestas 
y recomendaciones concretas como las recientemente formuladas por las iglesias nórdicas en la 
Conferencia de Lambeth o por comuniones cristianas mundiales; y cabe esperar otras tantas. 
Así pues, estamos adentrándonos en la importante fase de las consecuencias institucionales de la 
declaración normativa. ¿Cuáles son los principales ámbitos que requieren atención? ¿Cuáles son 
las aspiraciones de las iglesias por lo que respecta al futuro perfil institucional del CMI? 
Me gustaría referirme a una serie de esferas que requerirán mayor atención en el curso de los 
próximos años. Qué duda cabe que los resultados de este esfuerzo colectivo pueden influenciar 
decisivamente e incluso remodelar la actual estructura del CMI y es evidente que la Asamblea es 
el órgano más apropiado para dar las instrucciones y orientaciones necesarias en esa tarea. 
a) Composición del CMI -- Criterios para la condición de miembro. En el centro del proceso 
de reflexión estaba el entendimiento de lo que significa ser miembro del Consejo.3  
b) Cuestiones que preocupan a los ortodoxos. Entre las iglesias que plantean cuestiones 
fundamentales en relación con la pertenencia al CMI están las iglesias ortodoxas. ¿Debe la 
condición de miembro entenderse únicamente como un acuerdo institucional con derechos y 
responsabilidades? ¿No deberían las iglesias miembros reexaminar las actuales formas de 
representación en el CMI, considerando la posibilidad de una participación que permita una 
contribución cualitativa a la comunidad y que tenga en cuenta criterios eclesiológicos antes que 
reglamentos y disposiciones estructurales? En relación con esas cuestiones, los ortodoxos han 
expresado su preocupación por los actuales modelos de toma de decisiones, preocupación a la que 
se han sumado otras muchas iglesias miembros, en particular las iglesias miembros del Sur. Lo que 
se propone es estudiar formas de adoptar un procedimiento de toma de decisiones por consenso, a 
saber, sin votación por mayoría, lo que plasmaría mejor el espíritu de comunidad y permitiría la 
elaboración de un programa aceptado por todos. 
Habida cuenta de estos importantes puntos, las iglesias ortodoxas han pedido la formación de una 
comisión tras la Asamblea para examinar la "participación de los ortodoxos en el Movimiento 
Ecuménico y una reestructuración radical del CMI."4 
Esta recomendación fue ratificada por el Comité Ejecutivo en su reunión 
de Amersfoort (septiembre de 1998) y ahora se somete a examen y decisión de la Asamblea. 
c) Modelos de consejo. Es evidente que toda propuesta de "reestructuración" del CMI apunta 
a la necesidad de examinar detenidamente la historia del Movimiento Ecuménico y la reciente 
evolución del ecumenismo institucional en los planos regional y nacional. Al repasar la historia 
del CMI se descubre que se había considerado seriamente la posibilidad de un modelo de 
organización basado en las "familias confesionales", modelo que se descartó en aras de la actual 
estructura del CMI basada en la representación por iglesias nacionales. Por consiguiente, 
convendría reflexionar sobre las razones que en esa fecha indujeron a la adopción de la actual 
estructura y sobre la pertinencia actual de la misma. En torno a esa misma cuestión también han 
tenido lugar debates en el marco del Grupo Mixto de Trabajo entre la ICR y el CMI así como en el 
marco de los debates sobre las iglesias y las relaciones ecuménicas. ¿No sería esencial estudiar 
de nuevo los resultados de esos debates? Mientras tanto, algunas organizaciones ecuménicas han 
sentido a su vez la necesidad de reevaluarse y reestructurarse. Por citar sólo unos pocos 
ejemplos, el Consejo de Iglesias del Oriente Medio optó por un modelo basado en "familias de 
iglesias", incluyendo entre sus miembros a la Iglesia Católica Romana; las iglesias de Gran 
Bretaña e Irlanda se decidieron por el modelo "Asociación de Iglesias"; las iglesias canadienses 
han formado "coaliciones ecuménicas" y han optado por la constitución de un foro. Por otro lado, 
sería conveniente recordar los debates en curso y las experiencias de los "consejos de iglesias" 
o de "consejos de consejos". 
El fomento de la participación y la representación de las iglesias en las organizaciones 
ecuménicas así como la promoción de las relaciones entre iglesias y organizaciones ecuménicas en 
el marco del "único Movimiento Ecuménico" parecen ser el principal hilo conductor de este debate 
en torno a distintos modelos de organizaciones ecuménicas. ¿Qué contribución específica podría 
aportar el CMI al debate? ¿Podría el CMI aprender de otras experiencias? ¿Qué pasos son 
necesarios para emprender seriamente la tarea de hacer que las estructuras institucionales del 
CMI sirvan y reflejen mejor la realidad de esa "comunidad de iglesias"? 
d) Relaciones con las Organizaciones Ecuménicas Regionales (OER) y las Comuniones Cristianas 
Mundiales (CCM). La posibilidad de representación y participación en las estructuras del CMI 
y en sus procesos de planificación programática y de toma de decisiones también ha sido planteada 
por interlocutores ecuménicos como las OER y las CCM. ¿Cómo traducir el deseo de promover las 
relaciones con todos los partícipes del Movimiento Ecuménico en formas concretas de cooperación 
estructural?5 ¿De qué 
forma podría implicarse más directamente a las OER y las CCM en las estructuras de los órganos 
decisorios del CMI? ¿Es momento de emprender un proceso de reflexión sobre la posibilidad de una 
nueva configuración en la que se vinculen más directamente las expresiones estructurales 
mundiales y regionales del Movimiento Ecuménico? 
Esas preguntas apuntan al hecho de que parte del "programa inconcluso" del EVC es profundizar en 
toda la esfera de las relaciones con los copartícipes del único Movimiento Ecuménico. 
e) Foro de iglesias cristianas y organizaciones ecuménicas. Hoy se invita a todas las 
iglesias y organizaciones ecuménicas a reflexionar sobre la reorientación de su labor y a evaluar 
juntas qué instrumentos serían necesarios en el futuro para estar al servicio del "único 
Movimiento Ecuménico". El concepto de foro de iglesias y organizaciones ecuménicas fue propuesto 
como una de las formas en que los partícipes del Movimiento Ecuménico, estructuralmente 
relacionados con el CMI o no, podrían reunirse a efectos de diálogo y cooperación. Esta propuesta 
surgió en el curso de una consulta que tuvo lugar en Bossey en agosto de 1998, tras un proceso de 
consultas con la participación de iglesias, organizaciones ecuménicas, familias confesionales y 
asociaciones ecuménicas. 
El objetivo del Foro propuesto es contribuir a promover relaciones más estrechas, más inclusivas 
y conceder atención prioritaria a cuestiones relativas a la unidad de los cristianos y el 
testimonio común con objeto de intercambiar puntos de vista e información y de establecer una 
orientación común. Todos los que contribuyeron a la formulación de esta propuesta eran plenamente 
conscientes de que el Foro no podía ser una nueva organización con su propia administración ni 
aspirar a establecer sus propias directrices; antes bien, debía ser flexible y abierto y depender 
del menor número posible de reglamentos y estructuras. El Consejo Mundial de Iglesias sería uno 
de los copartícipes y no el organizador del Foro. El objetivo no es que el CMI pase a ser el 
Foro. 
El Foro se concibe como una reunión ocasional en cuyo marco se celebraría el culto y se 
estudiarían cuestiones de interés para los cristianos con miras a llegar a un entendimiento mutuo 
antes que como una oportunidad para tomar decisiones e iniciativas programáticas o para elaborar 
documentos. Esta propuesta se presentará a las iglesias miembros y a las organizaciones 
ecuménicas para examen y observaciones. Estamos en una etapa muy temprana de la propuesta por lo 
que lo que podría hacer esta Asamblea es exhortar al CMI a continuar el proceso de consultas con 
todos los organismos ecuménicos concernidos. 
Cedo, pues, la palabra a todos ustedes para que expongan sus puntos de vista. También los invito 
a presentar sus observaciones por escrito al Comité de Examen I cuya labor consiste en examinar 
detenidamente todas las contribuciones que se presenten en el curso de la Asamblea y dar 
orientación para que la Asamblea tome las decisiones apropiadas. 
 
1. Peter Lodberg, "Common Understanding and Vision: An Analysis of the Responses to 
the Process", en The Ecumenical Review 50 (1998), 3, págs 268-277. 
Georges Tsetsis
Tras las introducciones a la orientación general del documento "Hacia un 
Entendimiento y una Visión Comunes del Consejo Mundial de Iglesias" (EVC) y a "Nuestra visión 
ecuménica" presentadas en la última sesión, y tras haber participado en el ulterior debate, ha 
llegado el momento de reflexionar sobre las consecuencias, constitucionales y prácticas, de este 
documento para la vida cotidiana del Consejo Mundial de Iglesias.
Artículo III: Objetivos y funciones. La primera enmienda propuesta se refiere al artículo 
III de la Constitución, que aborda los objetivos y las funciones del CMI. De hecho, hace tres 
años, y tras la primera lectura del documento "Hacia un Entendimiento y una Visión comunes del 
CMI (EVC)", ya se propusieron enmiendas constitucionales, concretadas posteriormente con ocasión 
de la 48a reunión del Comité Central del CMI en septiembre de 1997, a la luz de las observaciones 
formuladas por las iglesias miembros.
a) página 138: la función de la Asamblea por lo que respecta a la determinación de la política 
general del CMI (enmienda que consiste en añadir una sola palabra al apartado c) del párrafo 1 
del artículo V) y
b) página 138: la función del Comité Central por lo que respecta a: 
 
Paralelamente a las enmiendas a la Constitución, el Comité Central somete a la atención de la 
Asamblea una serie de modificaciones del Reglamento del CMI a fin de que sea compatible con las 
nuevas disposiciones de la Constitución (en caso de ser aprobadas). Conviene destacar que esas 
enmiendas reflejan también las disposiciones ya tomadas por el Comité Central con objeto de poner 
de relieve las orientaciones generales preconizadas en el documento "Hacia un Entendimiento y una 
Visión Comunes del CMI" (EVC) en las estructuras de trabajo del CMI.
Esas enmiendas, que aparecen en bastardilla, figuran también en la Guía de trabajo de la 
Asamblea, a saber:
Antes de concluir, quiero informarles que, de conformidad con el Reglamento, esas enmiendas han 
sido debidamente notificadas a todas las iglesias miembros, y que la Secretaría General no ha 
recibido observación alguna por lo que respecta al contenido y la naturaleza de las enmiendas en 
los plazos previstos por la Constitución del CMI, a saber, seis meses antes de la fecha de 
celebración de la Asamblea.
Marion Best
En su análisis de las respuestas recibidas en relación con el proceso EVC, publicado en el número 
de julio de The Ecumenical Review, Peter Lodberg concluye subrayando que "el Comité 
Central tuvo que aprobar un texto de tono conservador y mesurado que por sí mismo no dará lugar a 
cambios fundamentales en la vida y el futuro inmediato del CMI", añadiendo inmediatamente 
después, y con razón, que "el Comité Central hizo lo único que podía hacer para estar en 
consonancia con las iglesias".1
2. Prefacio al documento EVC, en Guía de Trabajo de la Asamblea, pág. 
110.
3. Documento EVC, punto 3.7, en Guía de Trabajo de la Asamblea; págs. 121 y 
122.
4. Evaluación de New Facts in the Relations of Orthodoxy and the Ecumenical 
Movement, Tesalónica, Grecia, 29 de abril-2 de mayo de 1998, en Orthodox Reflections 
on the Way to Harare, edición a cargo de Thomas Fitzgerald y Peter Bouteneff, CMI: Ginebra, 
1998, págs 136-138.
5. Documento EVC, capítulo 4, Guía de Trabajo de la Asamblea, págs 
126-129.
 

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