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Consejo Mundial de Iglesias
Culto en la Octava Asamblea

Reflexiones del Comité de Cultos


Formar parte del Comité de Culto de una Asamblea del CMI es un gran privilegio. Gracias a la cantidad de miembros que lo integran y a su diversidad, el comité ha creado en su propia vida una rica y gratificante experiencia de ser iglesia en oración. Y oramos a Dios para que, a partir de esa experiencia y de los dones que hemos puesto en común, se configure le verdadera vida de culto de la Asamblea.

Para ello, en todo momento hemos tenido presentes el tema de la Asamblea, "Buscado a Dios con la alegría de la esperanza", y el hecho de que estamos celebrando el 50 aniversario del Consejo Mundial de Iglesias, es decir, su Jubileo. Y cuando, cada día, al volvernos a Dios en nuestro trabajo, sentíamos podemos reunirnos en torno a una sola mesa eucarística. Esto se refleja en la forma en que celebramos la eucaristía en esta Asamblea. Y es parte de nuestra responsabilidad al iniciar nuestro Jubileo.

Hemos preparado esas celebraciones conscientes de la critica situación del mundo. Estar en África nos situó en un microcosmos de injusticias, sufrimientos y, también de signos de esperanzas de nuestro tiempo. Sabíamos que, en este medio siglo, se han producido cambios probablemente sin precedentes, pero que esos cambios no nos han aproximado necesariamente al reino de Dios. Y aunque la cruz de Cristo se levanta entre los pueblos como signo de la victoria del amor y la resurrección, la terea de hacerla visible en la oikoumene está todavía por hacerse.

Ahora bien, no pudimos por menos de alegrarnos de la distancia que habíamos recorrido desde nuestras celebraciones en la primera Asamblea de Amsterdam de 1948. Teniendo en cuenta nuestra propia diversidad, sabíamos que ya no era posible organizar un culto en una Asamblea sin incluir mochos idiomas, canciones y oraciones de todo el mundo. El culto, en adelante, estará siempre presidido por viejos y jóvenes, hombres y mujeres, discapacitados, personas de todos las razas y nacionalidades, y se utilizaran símbolos y estilos de iglesias antiguas y nuevas. Y por todo ello damos gracias a Dios!

Desearíamos que toda la Asamblea pudiera compartir nuestra experiencia de reconocer unos en otros los signos de la verdad y del Espíritu al confrontar nuestras diferencias y al tratar de seguir el desarrollo de esas celebraciones que ahora ofrecemos a la Asamblea. Por supuesto, ninguno de nosotros encontrara plenamente representada en esas liturgias su propia tradición. Y eso es un reflejo del costoso camino que hemos seguido para preparar esos cultos teniendo en cuenta la gran diversidad de denominaciones, culturas razas y trayectorias cristianas, y de nuestro caminar en la fe hacia la unidad de la iglesia en obediencia a Jesucristo.

Los servicios de culto que hemos preparado para la Asamblea ya no son nuestros, sino que pertenecen a todos los que quieran aprovechar lo que hemos hecho y utilizarlo para el culto, en Espíritu y en verdad. En esta preparación, al buscar a Dios con una misma fe en la espera de los dones de su gracia, creemos que cada uno de nosotros ha aprendido un nuevo respeto y una nueva apertura de corazón y de espíritu. Y lo mismo sucederá en la propia Asamblea y entre todos los que se unan a nosotros, en las distintas iglesias del mundo.

Queremos también agradecer aquí la contribución a nuestros esfuerzos del personal del CMI. Muchos de sus miembros nos han ayudado generosamente y nos han aportado sus conocimientos especiales adquiridos en su trabajo y en sus relaciones con las iglesias miembros. Y han permitido que este trabajo siga adelante, y pueda reunir el mayor numero de contribuciones posibles.

A todo lo que traemos a la Asamblea, en nuestro doble calidad de Comite de Culto y de simples participantes, se añdarín los dones de los pueblos de África, dones que a nuestro juicio superan todo lo que podíamos imaginar. Este Comité de Culto pide que lo nosotros comenzamos con humilde fidelidad sea puesto en manos de Dios y convertido en un culto que resuene en todo el mundo como un cántico de nuestra alegría en la esperanza.

Dorothy McRae- McMahon
Moderadora del Comité de Culto de la Asamblea


Culto el la Octava Asamblea
Octava Asamblea y Cincuenta aniversario
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