Cientos de miles de niños de ambos sexos menores de 18 años se encuentran enrolados hoy día en ejércitos nacionales o irregulares de todo el mundo. Actualmente participan en conflictos armados más de 300.000 niños. Muchos de ellos han sido reclutados legalmente, otros han sido secuestrados o reclutados por la fuerza, y la inmensa mayoría de los niños soldados proceden de sectores marginados y excluidos de la sociedad.
La participación de los niños en conflictos armados viola principios humanitarios fundamentales, expone a los niños al riesgo de morir o de ser heridos, amenaza su salud física, mental, emocional y espiritual y los empuja hacia una cultura de violencia.
La Octava Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, reunida en Harare, Zimbabwe, del
3 al 14 de diciembre de 1998:
1. Recuerda la afirmación de la Primera Asamblea según la cual la guerra es contraria a la voluntad de Dios;
2. Reitera su compromiso de lograr que se prive de toda legitimidad a la guerra y la violencia, y de procurar superar el espíritu, la lógica y la práctica de la guerra;
3. Reafirma su oposición a toda política o autoridad que viole los derechos de la generación de los más jóvenes, abuse de ellos o los explote;
4. Condena todo uso de los niños en la guerra;
5. Invita a sus iglesias miembros a:
- exigir una moratoria inmediata sobre el reclutamiento y la participación de los niños como soldados, así como la desmovilización de los niños que son actualmente soldados;
- asistir a quienes se ocupan de la rehabilitación, la reintegración social y la reconciliación de niños que han sido soldados, teniendo especialmente en cuenta las necesidades de las niñas;
- tomar medidas que permitan evitar el reclutamiento obligatorio o voluntario, o el reenganche de niños como soldados en ejércitos nacionales o en fuerzas o agrupaciones armadas irregulares;
- promover la elaboración de normas internacionales a este efecto, en particular la adopción de un protocolo facultativo adicional a la Convención sobre los Derechos del Niño que eleve la edad mínima de 15 años a 18 años para cualquier forma de reclutamiento y participación en hostilidades;
- exhortar a sus gobiernos nacionales a que adopten y apliquen dichas normas en sus legislaciones nacionales.
6. Invita especialmente a las iglesias miembros de África a que aboguen en favor de una pronta ratificación por parte de sus gobiernos de la Carta Africana de los Derechos y el Bienestar del Niño que prohíbe el reclutamiento militar y la participación en hostilidades de niños menores de 18 años.